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A Mejías, J D´orazio - Depresión periparto - Mayo 2020

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Depresión periparto. Clínica, tratamientos y prevención. Alexis Mejías, Julieta D´orazio

J D´Orazio //

J D´Orazio // Depresión periparto. Clínica, tratamientos y prevención Rol del pediatra en el desarrollo psicofísico del recién nacido Durante los primeros meses de vida, junto a la función materna y paterna, es importante destacar el rol del pediatra. El pediatra es el interlocutor reconocido como fuente de saber para los cuidadores, su palabra orienta en cuanto a lo esperable en el desarrollo, tanto físico como psíquico, del nuevo integrante de la familia (26): • Monitorea el crecimiento y desarrollo de las etapas evolutivas de maduración del bebé y su familia. • Sostiene las ansiedades de los cuidadores y los contiene en caso de ser necesario. • Tiene un lugar privilegiado para detectar signos de sufrimiento psíquico temprano. • Posee un lugar respetado para dar indicaciones sobre crianza y puericultura. • Está presente para estimular, en lo posible, la instalación de la lactancia materna para consolidar el vínculo de la diada. Es importante que, durante las consultas, el pediatra cumpla una función de acompañamiento y contención para los padres. A partir de esto, se podrá crear un vínculo de confianza, a través del cual se generarán las intervenciones necesarias para el mejor desarrollo psicofísico de cada bebé. De forma ideal, la primera consulta con el pediatra debería realizarse previo al nacimiento, durante el último trimestre del embarazo. La consulta prenatal tiene 3 objetivos: 1) Establecer las bases del vínculo entre el pediatra y la familia. 2) Identificar aquellos embarazos de riesgo. 3) Explicar a los padres los objetivos fundamentales del seguimiento pediátrico en salud. Durante la entrevista se recabarán antecedentes, tanto del embarazo actual como de los previos o de abortos en el caso que los hubiera. Es importante consultar sobre cómo se están preparando para la llegada del bebé, respecto a temores, expectativas o ansiedades asociadas con el nacimiento o experiencias previas. Además, es importante consultar sobre los hábitos familiares (tabaco, alcohol, sustancias tóxicas, etc.) y la situación familiar actual (composición de la familia, cuidadores de los hijos en ausencia de los padres, situación laboral, etc.). A su vez, es de utilidad preguntar a la madre si tiene deseo de amamantar y qué dudas tiene con respecto a la lactancia; resaltando los beneficios de la misma, tanto para la madre como para el bebé. Además de los datos que recabará el pediatra sobre la familia, es importante utilizar la consulta prenatal para otorgar a los padres toda la información fundamental para transitar el nuevo nacimiento: explicar la importancia de las primeras horas posteriores al parto, en donde el recién nacido presenta un estado especial de atención activa para conectarse con su madre, en el cual será fundamental el contacto precoz piel a piel, acompañado de un clampeo oportuno del cordón umbilical. También es relevante fomentar la puesta precoz al pecho materno luego del nacimiento, lo cual favorecerá la lactogénesis por un lado y el comienzo del vínculo de la díada madre-hijo, por el otro. En este punto es de utilidad comentar la evolución de la lactancia nor- 24

mal, el tiempo de espera para la bajada de la leche y los diversos motivos por los cuales podría retrasarse. De esta forma, se logrará evitar que por ansiedades o desinformación, se produzca un destete precoz. A su vez, en esta entrevista se aprovechará para resaltar la simbiosis normal y característica del primer trimestre entre el niño y su madre y la importancia de la función del padre en el sostén emocional de ambos. Se comentará la frecuencia de la fatiga y la depresión periparto, brindando información acerca de cómo prevenirlas o disminuirlas: • Evitar el cansancio: favorecer la contención familiar, el descanso materno, reconocimiento de las limitaciones, la selección de las visitas. • Incremento de la autoestima, resaltando la intuición y la capacidad para tomar decisiones. • Comentar la habitualidad de los temores y remarcar la situación de crisis vital que suele presentarse en el embarazo y los primeros meses postparto. Si bien la consulta prenatal sería la situación ideal, en la mayoría de los casos el primer contacto con el pediatra se produce luego del nacimiento. En ese caso, se procederá en la primera consulta para recabar toda la información mencionada anteriormente y asesorar a los padres, de igual modo, en el nuevo camino con el bebé. A partir de la primera consulta luego del nacimiento, el pediatra tendrá como objetivos, además de la evaluación física, el crecimiento y la pesquisa de enfermedades; la evaluación del establecimiento del vínculo madre-hijo, la lactancia y la adaptación del niño y la familia a la nueva situación del hogar. El pediatra debe estimular la organización y contención familiar, la confianza y el descanso materno. Es fundamental apoyar la forma en la que se realiza la crianza y revalidar su función materna. Además, deberá prestar atención a aquellas situaciones especiales donde la madre no tenga apoyo suficiente (madres solteras, adolescentes, pobreza extrema, desarraigo, conflictos de pareja, etc.). También corresponde al profesional pediatra asesorar sobre cómo crear un sostén adecuado para la crianza y solicitar el acompañamiento en las consultas por parte de otros familiares. Durante las entrevistas es importante prestar atención a la interacción de los padres entre sí y de estos con el niño; la destreza con la que lo manipulan, las inseguridades, las miradas, caricias y demostraciones de afecto, así como también, la forma en cómo le hablan y cómo hablan del bebé será una clave en la pesquisa de trastornos vinculares. Con respecto a la lactancia, la observación de la mamada brinda una oportunidad única, no sólo para evaluar la técnica de la misma, sino también la habilidad y soltura con la que la madre maneja la relación corporal con el bebé. También se deberá observar con especial atención la mirada del niño en el rostro de su madre (27). En las consultas subsiguientes y, en particular, en los primeros 24 meses del niño, hay indicadores que el pediatra debe tener en cuenta para la prevención de los trastornos del neurodesarrollo y vinculares (27): • La mirada es un organizador fundamental del desarrollo infantil: su ausencia es un signo grave de sufrimiento. 25

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