cree que el inicio de se localiza en áreas involucradas en la transmisión de datos sensoriales a áreas de procesamiento cortical, corteza entorrinal, áreas límbicas (amígdala, hipocampo) y estructuras basales (núcleos paracelulares, Locus Coeruleus). Una vez que un estímulo amenazante se procesa y se asocia con una experiencia previa, la amígdala y la corteza orbitofrontal son responsables de formar y seleccionar una respuesta de miedo o ansiedad. Las principales estructuras implicadas en esta respuesta son el LC, el hipotálamo (componentes autónomos y neuroendocrinos de la respuesta), el núcleo motor dorsal del nervio vago (activación parasimpática), el núcleo parabraquial (hiperventilación inducida por ansiedad), el nervio trigémino y el núcleo del nervio facial. núcleo motor, expresión nuclear del miedo) y materia gris estriadoperiacueductal (activación esquelética o motora inducida por miedo). Para estos autores, el modelo actual sirve como guía para comprender las características clínicas del trastorno de pánico. Los ataques de pánico espontáneos y nocturnos resultan de una disfunción específica de la vía eferente en el modelo, posiblemente debido a una hiperactividad del locus coeruleus-sistema noradrenérgico o del núcleo parabraquial (para los autores, esto podría constituir la base de un hipotético sistema de alarma). (debido a asfixia), la patología en las partes de los nervios responsables de procesar los estímulos puede explicar otras características del trastorno de pánico, como: B. agorafobia. Se cree que es el resultado de una desregulación de algunas de las amígdalas y otras estructuras involucradas en el condicionamiento asociado con estímulos amenazantes (Goddard y Charney, 1997). Aspectos funcionales involucrados del sistema nervioso autónomo: Cuando nuestro cuerpo se enfrenta a una situación externa o sensación física y aprende que es peligrosa, el cerebro envía una señal (un pensamiento catastrófico) al sistema nervioso autónomo, que inmediatamente (respuesta fisiológica). Una de las principales tareas del sistema nervioso autónomo (SNA) es preparar El cuerpo para situaciones potencialmente peligrosas. El SNA consta de dos subsistemas: el sistema nervioso simpático (SNS) y el sistema nervioso parasimpático (SNP). Ambos son complementarios y antagónicos. El SNS activa el cuerpo y el SNP lo suprime. Tan pronto como el SNS se vuelve hiperactivo, el SNP lo suprime, por lo que las reacciones de miedo y pánico no duran mucho. En este sentido, el miedo no es peligroso. Estrés y sexo biológico, su relación con el ataque de pánico desde la perspectiva anatomofuncional. Este punto resulta interesante, desde un punto de vista descriptivo, las diferencias anatomofuncionales en cerebros de personas de sexo biológico distinto. El tratamiento del estrés involucra diferentes estructuras cerebrales dependiendo de si el paciente es biológicamente hombre o mujer. Esto lo han demostrado varios estudios de resonancia magnética funcional en voluntarios sanos sometidos a estrés agudo. • En los humanos, hay una activación particular de la corteza prefrontal, que promueve el comportamiento de “huir o luchar”. • En las mujeres, se cree que las respuestas al estrés se basan en procesos de atracción. Se producirá una activación importante del sistema límbico y se activarán conductas de "ayuda y protección". La activación del sistema límbico, principalmente de la caja de cambios del hipocampo, reduce la actividad del nervio simpático y el eje corticotrópico (HPA). Psicoeducación como intervención en la consulta de guardia La psicoeducación es el proceso de dar información al paciente y a sus familiares acerca la enfermedad que padece, en términos de su naturaleza y tratamiento, con el fin de que puedan afrontarla de la forma más cómoda y funcional posible (Bäuml et. al. 2006). Este proceso permiteque el paciente pueda discriminar y reconocer las distintas emociones y poder interpretar los síntomas fisiológicos correctamente. En el caso de la ansiedad, se destaca su rol adaptativo y positivo, así como se brindan diversas situaciones para evidenciar que la sintomatología fisiológica no define el ataque de pánico sino a la interpretación catastrófica que la persona le otorga. Debido a las numerosas consultas y diversificación en la guardia, habitualmente lo realizamos con ejemplos de la vida cotidiana del consultante, que ya hemos recabado en la evaluación inicial mencionada anteriormente. Abordaje psicoterapéutico del ataque de pánico en la urgencia EDITORIAL SCIENS
Es de destacar que la psicoeducación no solo implica brindar al paciente información acerca de su cuadro, sino que también constituye un acto terapéutico en sí, ayudando al paciente a comprender lo que le sucede, dar un contexto, a recibir una contención empática y validación, y de esta forma comenzar a armar estrategias de afrontamiento. Además, dar nombre a aquello por lo que sufre el paciente genera un efecto tranquilizador de por sí. Dentro del contenido más específico que se puede brindar al paciente, se puede comenzar explicando la diferencia entre miedo y ansiedad, siendo el miedo una emoción básica y primitiva compartida con otras especies, y la ansiedad una modalidad de respuesta ante el miedo. De esta forma, el miedo surge como una respuesta ante situaciones percibidas como amenazantes o peligrosas para el individuo, durante la cual se activan respuestas fisiológicas automáticas con sentido de supervivencia. Por ejemplo, sería esperable la aceleración del ritmo cardíaco si creemos que nuestra vida está en peligro. Por otro lado, la ansiedad constituye una interpretación anticipatoria subjetiva de un evento futuro, la cual sería de por sí impredecible e incontrolable (Beck, 2009). En este caso, puedo temer por la vida de un ser querido, sin embargo, la presencia continua de una preocupación por que “algo malo le vaya a pasar” sin evidencias concretas de que fuese a suceder, sería una interpretación subjetiva anticipatoria que además solo contempla una sola posibilidad de carácter negativo. En este sentido, se puede incluir el concepto de estrés, el cual se define como un estímulo específico, agresivo o no, que se percibe como una amenaza a la homeostasis. Selye (1955) habla de la respuesta de alarma. Al ser un estímulo, el estrés activa una serie de respuestas, incluidas respuestas conductuales y fisiológicas (neurales, metabólicas y neuroendocrinas) que permiten al cuerpo responder al factor estresante de la manera más adaptativa posible. De esta forma, se le explica al paciente que tanto el miedo, la ansiedad y el estrés son esperables a lo largo de la vida, haciendo de esta forma referencia al mito “el estrés y la ansiedad son malos” y naturalizando aquello que el paciente registra como negativo de sí mismo, o que incluso, puede generar vergüenza acercarse a una guardia por ello. Así, la diferencia radica en el impacto que su prolongamiento genera en la funcionalidad diaria. Por otro lado, es de destacar que la misma sintomatología experimentada en el ataque de pánico retroalimenta la activación fisiológica y por ende la interpretación misma de la situación. Por ejemplo, si percibo palpitaciones y las mismas son interpretadas como un ataque cardíaco, me asustaré, por lo cual tendré mayores palpitaciones y por ende mayor convicción y malestar psíquico. Es importante que el paciente pueda identificar la diferencia entre estos síntomas y su interpretación, ya que es la interpretación la que hace a la diferencia. Se suele dar como ejemplo si el hecho de experimentar palpitaciones durante un ejercicio físico es esperable y en ese caso que el paciente explique por qué no le genera malestar. De esta forma, se trabaja la importancia de la interpretación de los hechos más que del hecho en sí. Herramientas conductuales de intervención para el ataque de pánico Habilidades TIP: Temperatura, ejercicio intenso y respiración pausada. Desde la perspectiva de la Terapia Dialéctico Conductual (DBT), las Habilidades TIP activan el sistema nervioso parasimpático y proporcionan un estímulo lo suficientemente fuerte como para evitar temporalmente una crisis. La primera habilidad TIP es cambiar la temperatura de tu cara con agua fría o compresas frías mientras aguantas la respiración. Esto desencadena el reflejo de caída en los humanos, activando el sistema nervioso parasimpático y reduciendo rápidamente la excitación fisiológica y emocional. Esto se puede hacer usando hielo, compresas frías, remojando el cuerpo en agua fría o tomando una ducha fría. Esta capacidad debe evitarse en pacientes diagnosticados con enfermedades cardíacas. La segunda habilidad TIP es hacer al menos 20 minutos de cualquier tipo de ejercicio aeróbico intenso. Una característica importante de las emociones es que organizan el cuerpo para la acción. La ira organiza el cuerpo para atacar o defender; el miedo organiza el cuerpo para correr. Cuando el cuerpo está fisiológicamente muy activado, puede resultar difícil suprimir el comportamiento emocional, incluso si es disfuncional. En estas situaciones, el entrenamiento intensivo puede ajustar el cuerpo para que vuelva a un nivel de activación más bajo. La tercera habilidad TIP es la respiración abdominal lenta y rítmica. Permite evitar la hierventilación, interrumpir la crisis de pánico, autoinducirse la respuesta de relajación. Se refiere a disminuir la velocidad de inhalación y exhalación (un promedio de 5 a 6 ciclos de respiración por minuto) y respirar profundamente Abordaje psicoterapéutico del ataque de pánico en la urgencia EDITORIAL SCIENS
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