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Antibióticos - HA Serra Cap 1 - Junio 2022

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HA Serra // Antibióticos Por ello, la asociación de ambos tipos de drogas es contraproducente ya que el bacteriostático, al inhibir el crecimiento, antagoniza el efecto bactericida. c) Antibiograma: El antibiograma es la forma de medir in vitro el efecto de un antibiótico sobre una población de gérmenes y determinar si posee efecto bactericida o bacteriostático. Existen dos formas: el antibiograma por difusión y el antibiograma por dilución. El antibiograma por difusión es la técnica más común y económica pues al ser cualitativo permite testear varios antibióticos a la vez contra un cultivo determinado. Se realiza colocando un disco de papel con zonas embebidas con determinados antibióticos sobre una placa de Petri sembrada con material aislado de un paciente. Aquellos antibióticos que resultan efectivos para inhibir el crecimiento bacteriano son detectados por un halo circular claro ya que las bacterias crecen por la placa, pero no alrededor del campo de difusión antibiótica. Este antibiograma al definir efectividad es suficiente para generar una conducta terapéutica, aunque no sirve para otros propósitos. Sin embargo, una variante puede adaptarse para ser cuantitativo si en cada zona en vez de colocar varios antibióticos se colocar concentraciones crecientes de uno solo. El antibiograma por dilución es cuantitativo muy útil para estimar la capacidad bacterisotática/bactericida pero costoso en tiempo y material porque prueba un antibiótico por vez. Consiste en efectuar un cultivo en medio líquido con diferentes concentraciones del fármaco y observar la aparición de turbidez indicadora de desarrollo bacteriano al cabo de un cierto tiempo. La capacidad bacteriostática puede expresarse mediante la concentración inhibitoria 50% (CI50), que es la concentración del fármaco que disminuye al 50% la turbidez (medible por fotocolorimetría), o la concentración inhibitoria mínima (CIM), que es la menor concentración del fármaco con la que no se observa desarrollo de turbidez alguna. La capacidad bactericida se cuantifica a posteriori mediante la reducción del número de bacterias viables, es decir, capaces dar origen a una nueva colonia. Para ello se toman muestras de los tubos en los que se determinó la CIM y se efectúan diluciones logarítmicas seriadas (1:2; 1:4; 1:8; etc.) que se siembran en placas de Petri sin droga antibacteriana y se espera un tiempo adecuado para la formación de colonias. A partir de su recuento, se calcula la concentración bactericida mínima (CBM) que es la menor concentración del quimioantibiótico que reduce a 1:1000 o menos el recuento de bacterias viables. La CIM es la medida de potencia más usada en los trabajos clínicos y se aplica en dos formas distintas; como CIM para la bacteria aislada de un fluido o material de un paciente determinado, o como CIM50; CIM80; CIM90; etc., que corresponde a las CIM para el 50%; 80%; 90%; etc. de las cepas de una especie bacteriana cultivada a partir de un medio particular, sea voluntario, paciente o material ambiental. La potencia bactericida se expresa por la CBM. Si para un par antibiótico:bacteria dado, la CIM y la CBM son iguales (cociente CBM/ CIM = 1) ello significará que las concentraciones para inhibir el desarrollo bacteriano y para matarla son idénticas. En cambio, si 22

para otro par, la CIM es menor que la CBM (cociente CBM/CIM >> 1) significa que el fármaco puede detener el crecimiento, pero no producir su muerte (necesitando para ello concentraciones mayores). Entonces, aquellos antibióticos que muestran un cociente CBM/CIM cercano a 1 para la mayor parte de las bacterias (por ejemplo, ß-lactámicos o aminoglucósidos), son bactericidas; mientras que los que presenten un cociente CBM/CIM claramente superior a 1 para la mayoría de las bacterias (por ejemplo, tetraciclinas o cloranfenicol), son bacteriostáticos. d) Efecto postantibiótico: Este se define como la persistencia en el tiempo del efecto lesivo de un antibiótico (inhibición del crecimiento) sobre las bacterias a pesar de que la concentración del mismo medible en un medio aislado es menor que su CIM. Este fenómeno es una propiedad de determinados antibióticos que cobra importancia en ciertos cuadros infecciosos y, especialmente, cuando se quieren reducir los efectos adversos concentración-dependientes y optimizar la posología. El efecto postantibiótico ocurre porque el antibiótico queda atrapado y se acumula dentro del patógeno (como en el caso de los aminoglucósidos), o bien, porque persiste en biofase por sus propiedades farmacocinéticas particulares (como los nuevos macrólidos). Este fenómeno es muy importante para los aminoglucósidos sobre las bacterias Gram negativas aerobias (pues supera las 8 horas), es importante para los macrólidos sobre bacterias Gram positivas y clamidias (mayor a 6 horas) y es prácticamente inexistente para los ß-lactámicos sobre bacterias Gram negativas. Farmacocinética (PK) de los quimioantibióticos: La PK estudia todos los procesos (absorción, distribución, metabolismo, excreción o ADME) que tienen lugar durante el paso de un antibiótico, solo o junto a otras drogas, por el organismo y que determinan su llegada a la biofase. La forma de cuantificar el antibiótico en sangre, tejidos y fluidos biológicos es a través de la medición de su concentración en los mismos. En sangre u orina esta concentración se establece a lo largo del tiempo para construir la curva concentración - tiempo, cuya superficie (área bajo la curva o AUC a un tiempo dado o al infinito) es la medida de la exposición total del organismo al antibiótico. La PK de un quimioterápico, a grandes rasgos, se halla determinada por tres factores: la formulación empleada en la manufactura del medicamento que lo contiene, las propiedades físico-químicas de la droga y el estado funcional de los órganos intervinientes en el ADME. Los antibióticos suelen ser moléculas complejas e inestables en los medios biológicos que deben atravesar; por otro lado, suelen absorberse en forma incompleta o errática a la vez que se eliminan con cierta celeridad, hechos que influyen en la efectividad y comodidad posológica. Si bien los tratamientos antibióticos son cortos, cuantas menos tomas diarias deban efectuarse mejor; especialmente en pacientes especiales (como polimedicados, niños o ancianos). Por ello, muchos son formulados en preparados de liberación controlada para reducir las tomas o protegerlos del medio estomacal si son ácido-lábiles. En pediatría, para mejorar su administración y adherencia al tratamiento, suelen usarse suspensiones extemporáneas 23

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