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Antibióticos que actúan sobre la pared bacteriana - HA Serra

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La pared es un elemento propio de las bacterias tanto en composición como en función, a tal punto que resulta un rasgo distintivo de estos seres y por ello, un blanco selectivo terapéutico. El criterio de toxicidad diferencial (parasito tropismo positivo vs. hospedo tropismo negativo) propuesto por Ehrlich en el siglo XIX cobra gran valor aquí, ya que los animales, ser humano incluido, carecen de esta estructura. Así, las drogas dirigidas contra la pared no deberían tener efectos significativos sobre los mismos.

Antibióticos que actúan sobre la pared bacteriana - HA

Capítulo 2 Antibióticos que actúan sobre la pared bacteriana Luciana Roperti Deguisa, Juan C. Fernández, Héctor A. Serra Introducción La pared es un elemento propio de las bacterias tanto en composición como en función, a tal punto que resulta un rasgo distintivo de estos seres y por ello, un blanco selectivo terapéutico. El criterio de toxicidad diferencial (parasito tropismo positivo vs. hospedo tropismo negativo) propuesto por Ehrlich en el siglo XIX cobra gran valor aquí, ya que los animales, ser humano incluido, carecen de esta estructura. Así, las drogas dirigidas contra la pared no deberían tener efectos significativos sobre los mismos. Aunque las bacterias Gram positivas, Gram negativas, espiroquetas y micobacterias exhiben paredes diferentes (ver la figura 4 del capítulo anterior), el componente principal común es el peptidoglicano, también llamado muropéptido o simplemente mureína. El peptidoglicano es una gran macromolécula a modo de red covalentemente cerrada sobre sí misma. Esta red consta de varias capas o niveles con ejes longitudinales polisacáridos y transversales oligopéptidos. Las unidades estructurales del polisacárido son la N- acetilglucosamina (NAG) y el ácido N-acetilmurámico (NAM) unidos por enlaces ß (1-4). Los oligopéptidos se desprenden de cada NAM (formados por L-Ala, D-isoGlu, L-Lys, D-Ala, D-Ala + pentaglicina, ver figura 1) para establecer los puentes cruzados entre ejes adyacentes (sean superiores, inferiores o del mismo nivel) cuando el peptidoglicano madura. Las funciones del muropéptido son importantes para la fisiología celular. La primera, es brindar protección mecánica al germen. Como el interior bacteriano es hiperosmolar respecto al medio extracelular por acumulación de solutos (determinando que la presión osmótica del citosol sea de 2 a 3 atmósferas) sin mureína, la bacteria estalla (shock osmótico). En refuerzo de este hecho, las bacterias Gram positivas son más hiperosmolares que las Gram negativas y por ello presentan un peptidoglicano más espeso (30-40 nm) que las últimas (2-3 nm). La segunda es actuar como filtro o barrera de permeabilidad ante determinadas sustancias y ser asiento de enzimas líticas, de componentes antigénicos y de sustancias de virulencia. La ter- 45

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