Psicofarmacología // Edición para la República Oriental del Uruguay // 8:22, 000 de 2023 Mariano Scolari Farmacéutico. Especialista en farmacia hospitalaria. Especialista en drogas inyectables (BBraun). Fecha de recepción: 11 de enero de 2024 Fecha de aceptación: 23 de febrero de 2024 Actualización en Psiconeurofarmacología: Brivaracetam Resumen Los trastornos epilépticos requieren tratamientos prolongados con fármacos antiepilépticos con mecanismos de acción complementarios. Aunque se han sintetizado fármacos eficaces en el control de este tipo de patologías, el perfil de seguridad de los antiepilépticos limita, en muchos casos, la continuidad del tratamiento. Se estima que un 25% de los pacientes perderán adherencia y, por tanto, eficacia, en el control de las crisis comiciales debido a efectos adversos. Dada esta problemática, el 30% de los pacientes tratados con fármacos antiepilépticos desarrollarán formas resistentes de su patología. El brivaracetam fue desarrollado a partir del levetiracetam para dar respuestas a estas falencias del abordaje de pacientes con tales trastornos. En esta reseña, se describen las características claves del brivaracetam. Scolari MJ. “Actualización en Psiconeurofarmacología: Brivaracetam”. Psicofarmacología 2024. Puede consultar otros artículos publicados por los autores en la revista Psicofarmacología en sciens.com.ar Introducción El tratamiento de los trastornos epilépticos (TE) requiere, con frecuencia, el empleo de diferentes fármacos antiepilépticos (FAE) con mecanismos de acción complementarios. Fenitoína y fenobarbital, fueron, hace décadas, los pilares del tratamiento a pesar de sus efectos adversos. Se los conoce como FAE de primera generación. A la fecha, suelen ser evitados por su perfil de seguridad y se los emplea en condiciones refractarias (1). Luego, fueron desarrollados otros FAE, con mecanismos de acción novedosos, que fueron desplazando a la fenitoína y fenobarbital gradualmente. Todos con características químicas muy distintas. Entre ellos podemos mencionar: carbamazepina, oxcabazepina, derivados del ácido valproico, gabapentina, pregabalina, benzodiazepinas, entre otros (2 y 3). Notablemente, pregabalina y gabapentina han entrado en desuso como FAE y han encontrado su lugar en terapéutica como coadyuvantes en el manejo del dolor. Las benzodiazepinas, han demostrado desarrollar tolerancia en el tratamiento de los TE. Sin embargo, midazolam y Lorazepam, aún se emplean por vía endovenosa en status dentro de la terapia intensiva. En la figura 1 se muestra la estructura química de LVT y BVT. Aunque todos los FAE mencionados mostraron algún grado de eficacia en el tratamiento de los TE, se estima que un tercio de los pacientes desarrollan estados resistentes al tratamiento (4). Una de las causas principales de este fenómeno, es la falta de adherencia a la terapia debido a efectos ad- EDITORIAL SCIENS // 1
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