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Contribuciones a la ética

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informar por escrito

informar por escrito la medicación indicada agregando el argumento de justificación. En este caso, cabe preguntarse si el médico es el depositario de la confianza y de los derechos del paciente ¿cómo puede efectuar una mediación entre las necesidades del enfermo y los intereses de la empresa médica? En un sentido tanto psicológico como social, la práctica médica ha pasado de ser una relación diádica -es decir una relación de “a dos” que se establecía entre el médico y el paciente- a una relación triádica o triangular que se establece entre el médico, el paciente y la empresa médica. La creación de la empresa médica -que se conoce como “prepagas” u obras socialesha venido a interferir en la relación entre el médico y el paciente de tal modo que ésta se ha triangularizado, influyendo enormemente en el desarrollo de la función médica y en sus resultados. Esto significa que el médico cuando está prescribiendo -entendiendo por prescribir a la acción de pensar, elegir e indicar tanto los instrumentos terapéuticos como todos los demás elementos que se requieren para el tratamiento- se ve obligado a pensar en lo que el paciente necesita adaptándolo a las instrucciones dadas por la empresa médica. ¿Cuál es el margen de libertad que posee el médico institucional? Ejemplo de una patología institucional médica Un joven médico de mi amistad, a cargo del consultorio de psicopatología de un sindicato, recibía permanentemente instrucciones que lo obligaban a atender en forma ambulatoria pacientes que por su cuadro requerían internación, pero que la obra social no podía solventar económicamente. La situación se ponía más dura cuando mi amigo intuía el peligro velado de un reclamo por mala praxis. No solamente era éste el problema que se presentaba con frecuencia; además estaban los pacientes que “debían” ser atendidos en forma preferencial por pedido expreso de alguna autoridad del sindicato, que pagaba de esta manera algún favor político. Tratar un cuadro de descontrol psicótico en estas circunstancias termina siendo un hecho heroico. Y, por supuesto, sin compensación de ninguna índole. Mi amigo tuvo que abandonar la mutual. Las equivalencias terapéuticas Uno los problemas que se plantean con frecuencia es el de las “equivalencias terapéuticas”. ¿Tienen el mismo efecto terapéutico dos específicos farmacéuticos que poseen en su fórmula el mismo principio activo y que sus precios son diferentes? El ambiente sanatorial, lo que se llama habitualmente “la hotelería”, en el caso de una internación ¿se cumplen funciones equivalentes cuando se trata de un sanatorio moderno; o cuando se trata de una vieja casona que se la ha querido adecuar para que satisfaga las necesidades de la Medicina actual? Obviamente se comprende que este tema es mucho más abarcativo y constituye una problemática más compleja. Esta es una mera aproximación. EDITORIAL SCIENS 101

L Allegro // Contribuciones a la ética Medice Cura Te Ipsum Este es un aforismo que señala al profesional médico la necesidad importante de conocer su cuerpo, su psiquismo, sí mismo como persona y de curar todo lo que él necesite. Para ello necesita además lograr un buen conocimiento de las ciencias, de los avances más actuales, una buena capacidad para la reflexión filosófica y tener una buena comprensión de todo aquello que se entiende por aspectos espirituales, como una sana aproximación a las artes y a las letras. También significa una buena capacidad para encontrar explicaciones de la enfermedad y de los procesos patológicos, y para comprender al paciente como un Ser Humano que es una totalidad que está inmersa en sus circunstancias. El origen del Medice Cura Te Ipsum empezó a ser famoso desde la traducción de la Vulgata latina. Este proverbio proviene de Jesucristo, el cual se encuentra en el Evangelio de Lucas. El Evangelio de San Lucas o Evangelio según Lucas, Capítulo 4, Versículo 23, que es el tercer y más extenso de los cuatro Evangelios canónicos del Nuevo Testamento bíblico. Relata la vida de Jesús de Nazaret. Es interesante recalcar que Lucas fue médico. Se conoce como Vulgata a la traducción de la Biblia al latín que el Papa Dámaso I encargó a Jerónimo de Estridón en el año 382. En esa época había dos clases de latín: el clásico empleado por la clase alta –por ejemplo, Marco Tulio Cicerón– y el corriente llamado Vulgata que estaba destinada el pueblo porque era más fácil de comprender. La historia cuenta que este acontecimiento ocurriría en Nazaret. Jesús cumpliendo la costumbre judía, entró ese sábado a la sinagoga y luego de leer un pergamino de Isaías agregó refiriéndose a los que estaban allí reunidos: “Ustedes me recitarán estas palabras: ¡Medice cura te ipsum! (¡Médico, primero cúrate a ti mismo!) continuando con la declaración de que “Nadie es profeta en su tierra”. A este texto, Jerónimo lo habría traducido así: “Sanador, sánate a ti mismo”. Es interesante agregar que de este aforismo se habrían derivado otros muy conocidos como: Consummatum est, Cura te ipsum, Primum non nocere, Mens sana in corpore sano. Mi experiencia en la Facultad de Medicina de Rosario De mi propia experiencia en la Facultad de Medicina de Rosario, recuerdo que cursando el primer año, se efectuó en todos los alumnos un examen médico para conocer cual el estado de salud y en todo caso, 102

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