VER EL LIBRO COMPLETO Capítulo 8 Enfermedad de Alzheimer: diagnóstico Jorge Campos Puntos clave (key points) • La creciente prevalencia de las demencias hace prioritario que el clínico tenga conocimientos de una sistemática diagnóstica básica para detectar la enfermedad. • El desafío actual es diagnosticar en las etapas más tempranas. El déficit de la memoria reciente es el síntoma más común de estas enfermedades, pero no se debe soslayar un cambio de conducta o personalidad como el primer emergente de un proceso demencial. • Diferenciar la demencia del envejecimiento normal y del delírium es un paso esencial en una primera aproximación al paciente con deterioro cognitivo o conductual. • Lo habitual es una evolución lenta y gradual, por lo cual cualquier cambio agudo o en un plazo corto tanto en sus inicios como en el transcurso de la evolución debe hacernos sospechar otro diagnóstico. Causas diferenciales, como las encefalopatías, los cuadros tóxicos, por priones, etc., son de las más frecuentes. • La sistemática diagnóstica siempre debe incluir un examen neurológico, psiquiátrico, neuropsicológico, de laboratorio y neuroimágenes. De acuerdo con cada caso, se aplicarán más estudios específicos. • Nunca se debe prescindir de un informante calificado para evaluar antecedentes familiares y personales, nivel funcional previo y actual. El diagnóstico de deterioro cognitivo, en general, y de la enfermedad de Alzheimer, en particular, suele ser fácil para el médico especialista en la mayoría de los casos, pero difícil en algunos casos particulares y para médicos no especializados o con poca experiencia en el tema. Este es uno de los motivos por los que es fundamental poner en claro ciertos conceptos que permitan al profesional sospechar y diferenciar el problema cognitivo y el diagnóstico diferencial a partir de sus causas. La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad degenerativa que puede iniciarse hasta veinte años antes de la manifestación de los síntomas. La evolución es lenta y gradual, los cambios suelen llevar una pendiente negativa suave, con alguna meseta de estabilidad en algunos casos. Por eso, cualquier cambio agudo o en un plazo corto, tanto en sus inicios como en el transcurso de su evolución, debe hacernos sospechar 81
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