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Fibromialgia Cómo pensarla, abordarla y tratarla. Dra. Jessica Borenstein

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Fibromialgia Cómo pensarla, abordarla y tratarla

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J Borenstein // Fibromialgia. Cómo pensarla, abordarla y tratarla Figura 3 Entidades clínicas comprendidas dentro de los síndromes sensitivos centrales En naranja: cuadros clínicos presentados por MB Yunus destacando el solapamiento sintomático, año 1984. Celeste: cuadros actualmente concebidos dentro de los SSCs, año 2007 (10). Modificado de Yunus, 2007 (10). la regulación de los niveles de catecolaminas y encefalinas, presentan alteraciones en la sensibilidad dolorosa. La presencia de este polimorfismo aumenta el riesgo en aproximadamente 2 a 3 veces de desarrollar SATM (5, 11). Síndrome de intestino irritable (SII) Es uno de los cuadros gastrointestinales más frecuentes con una prevalencia mundial estimada entre el 10-20 %. Las manifestaciones clínicas más comunes son: diarrea alternada con estreñimiento, meteorismo, distensión abdominal, dolores de tipo 22

cólicos y deposiciones dolorosas. Es más frecuente en mujeres, con una relación mujer / hombre 2:1. La fisiopatología de este cuadro no se encuentra claramente dilucidada.No se dispone de una prueba diagnóstica de alta sensibilidad y especificidad, sin embargo, el diagnóstico se realiza siguiendo los criterios de Roma III realizado por un consenso de expertos. La signo sintomatología suele iniciar en el 50 % de los casos entre los 11 y 17 años (7). Algunos estudios demostraron que estos pacientes presentan un aumento de la sensibilidad cutánea, extendida hacia centros de procesamiento medular a nivel lumbo, sacro y cervical (Verne, Robinson, & Price, 2001), así como también disminución en el umbral doloroso y aumento de la neurotransmisión nociceptiva en la región rectal (Cofiin, Bouhassira, Sabate, Barbe & Jian, 2004) (5). Síndrome de fatiga crónica (SFC) También conocido como encefalitis miálgica, es un cuadro complejo caracterizado por la presencia de fatiga debilitante y prolongada más allá de seis meses, en suma, a otros síntomas inespecíficos que incluyen: cefalea, odinofagia recurrente (faringitis miálgica), hipertermia (38 grados o menos), cefalea, hipersensibilidad a los ruidos, dolor a la palpación de ganglios, dolores musculares y articulares. Los afectados presentan dificultad para realizar rutinas cotidianas con una reducción en su actividad diaria estimada entre un 50 y 80 % con un impacto negativo en su calidad de vida. Uno de los síntomas cardinales es la fatiga, siendo característica la no atenuación de este síntoma tras el descanso. Los pacientes a su vez presentan déficit cognitivo caracterizado por fallas atencionales, en la concentración y alteraciones en el sueño. La prevalencia a nivel mundial ronda entre el 0,8 al 3,5 %. Es más frecuente en mujeres, con una ratio de 2-6:1 respecto a los hombres (Rajita, 2005; Devanur, Macquet, 2006). Aproximadamente el 34 % de los afectados presentan dolor muscular y articular. En relación a la fisiopatología del SFC no se conoce con exactitud el mecanismo subyacente, sin embargo, se propone una alteración multisistémica con compromiso del SI, SE, SNC, alteraciones en el metabolismo y flora intestinal como principal hipótesis etiológica. Si bien hasta hace poco tiempo este cuadro solía estar asociado a afecciones virales, actualmente la relación entre infecciones virales y SFC no es clara. Cabe destacar la alta prevalencia de depresión, somatización, catastrofismo y kinesiofobia (aprensión al movimiento con la consecuente evitación) en estos pacientes (7, 11-14). En lo que respecta al diagnóstico del SFC sigue siendo una condición clínica para la cual no existe una aceptación universal de un patrón oro (Gold Standard) que defina esta condición. La falta de criterios clínicos ampliamente aceptados, como la ausencia de biomarcadores específicos, plantea un desafío para la evaluación de pruebas diagnósticas. Existen diversos criterios diagnósticos, como los de Fukuda (CDC 1994) o los de Sharpe (Oxford 1991). En el año 2015 se proponen nuevos criterios por el Institute of Medicine (IOM-CDC) para el diagnóstico del SFC. Estos criterios incorporan elementos principales procedentes de otras definiciones previas, cuya asociación con la SFC ha sido apoyada mediante estudios de modelización. Para establecer el diagnóstico se necesitan los siguientes tres síntomas: 23

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