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Gliflozinas. Inhibidores del cotranslorte sodio-glocosa Tipo 2. Ezequiel José Zaidel

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Las enfermedades crónicas no transmisibles son la principal causa de mortalidad y morbilidad a nivel global. Diabetes, enfermedad renal crónica, insuficiencia cardíaca, son algunos ejemplos de patologías que se encuentran en constante incremento lamentablemente. Sin embargo, hay buenas noticias: un grupo de fármacos se postuló y desarrolló a pasos rápidos, consolidándose como primera línea de tratamiento para estas patologías: los inhibidores del cotransporte sodio-glucosa tipo 2, o “gliflozinas”. Pocos descubrimientos tuvieron tanto impacto en la medicina en los últimos tiempos. En este libro en español se realiza una revisión desde la molécula hasta el paciente, se describen aspectos bioquímicos, fisiopatológicos, farmacológicos, así como terapéuticos, resultados de ensayos clínicos, metanálisis, hasta conceptos fármaco-económicos. El lector podrá encontrar aquí todo lo que debe saber acerca de las gliflozinas. Consideramos que un libro acerca de este tema íntegramente desarrollado en idioma español colaborará con la formación y actualización de médicos y de otros trabajadores de salud, desde pregrado hasta posgrado.

Gliflozinas. Inhibidores del cotransporte sodio-glucosa Tipo 2 // Ezequiel J Zaidel cial incremento de diabetes tipo 2 a futuro, es que en las estimaciones actuales del estudio Capture, aproximadamente 40% de los sujetos con diabetes tienen enfermedad cardiovascular prevalente, principalmente enfermedad CV aterosclerótica. En Argentina, por ejemplo, la prevalencia de la enfermedad CV es aún mayor al momento del diagnóstico de la DM2 (13, 14). Obesidad Si bien algunas sociedades científicas aún la consideran una condición, actualmente la mayoría considera a la obesidad como una enfermedad grave de características epidémicas y que se asocia directa o indirectamente con el desarrollo de enfermedades cardiometabólicas. La clasificación utilizando sólo el índice de masa corporal puede no ser exacta o suficiente, pero es la mayormente utilizada. Hacia 2019 se reportaron más de 650 millones de adultos viviendo con obesidad, lo que representa el 13% de la población adulta a nivel global. Se estima que la prevalencia de la obesidad ha aumentado en un 71% desde 1990 (1). En términos de incidencia, más de 135 millones de personas en todo el mundo desarrollan obesidad cada año. Esto se traduce en una tasa de incidencia de 1,6 casos nuevos de obesidad por cada 100 personas por año. Sin embargo, existen diferencias regionales: la obesidad es más prevalente en América del Norte, Europa y Oceanía, mientras que África y Asia tienen tasas más bajas. Sin embargo, la obesidad está aumentando rápidamente en países de ingresos bajos y medianos, lo que representa un problema de salud pública en constante evolución. Según las proyecciones actuales, se espera que la prevalencia de la obesidad continúe aumentando en todo el mundo en las próximas décadas. Por ejemplo, el informe “The Global Syndemic of Obesity, Undernutrition, and Climate Change” publicado en 2019 por la Comisión Lancet sobre Obesidad, advirtió que si las tendencias actuales continúan, el 38% de los adultos en todo el mundo tendrán sobrepeso u obesidad para el año 2030. Específicamente en las Américas, se proyecta que la prevalencia de obesidad aumente del 24,1% en 2016 al 28,3% para el 2030 (15, 16). En los Estados Unidos, la encuesta NHA- NES de 2017-2018 mostró que el 42,4% de los adultos tenía obesidad, lo que representa un aumento del 9,2% desde la encuesta de 1999-2000. Además, el 31,8% de los adultos tenía sobrepeso. Esto significa que, de cada 4 adultos en Estados Unidos, 3 tendrán sobrepeso u obesidad. Finalmente, en Argentina, la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR) realizada en 2018 por el Ministerio de Salud de la Nación reveló que la prevalencia de obesidad aumentó del 20,8% en 2005 al 36,2% en 2018, lo que representa un incremento del 74,6% en 13 años (17,18). Aproximadamente 40% de la muerte y 34% de la discapacidad en las personas que viven con obesidad se atribuyen a la enfermedad cardiovascular (19). Enfermedad coronaria Entre 1990 y 2019, la prevalencia estandarizada por edad de la enfermedad coronaria (EC) aumentó en un 31,1%, pasando de 4.364 casos por cada 100.000 habitantes a 5.720 casos por cada 100.000 habitantes. Durante el mismo período, la incidencia estandarizada por edad de la EC aumentó en un 12,2%, pasando de 4.548 casos por cada 100.000 personas-año a 5.105 casos por cada 100.000 personas-año. El aumento de la prevalencia e incidencia de la EC se atribuye al incremento de diversos factores de riesgo ya conocidos, así como a las 12

Gliflozinas. Inhibidores del cotransporte sodio-glucosa Tipo 2 // Ezequiel J Zaidel mejoras en los tratamientos farmacológicos y revascularización, provocando que las personas vivan más tiempo con la enfermedad (1). En 2019, hubo aproximadamente 9,9 millones de muertes atribuidas a la enfermedad coronaria, lo que representa el 16,8% de todas las muertes a nivel mundial. Esto representa un aumento del 7,2% en el número de muertes en comparación con 2010. La carga de la enfermedad coronaria varía en diferentes regiones del mundo. En los países de ingresos altos, la tasa de mortalidad estandarizada por edad debido a la enfermedad coronaria ha disminuido en los últimos años, mientras que en los países de ingresos bajos y medios ha aumentado. Accidente cerebrovascular Con respecto al accidente cerebrovascular (ACV), según las últimas estimaciones del IHME hay aproximadamente 101 millones de personas viviendo con un ACV en todo el mundo, un aumento del 26,8% en comparación con 2010. La tasa de prevalencia estandarizada por edad del accidente cerebrovascular aumentó de 521,1 por 100.000 personas en 2010 a 635,4 por 100.000 personas en 2019. En cuanto a la incidencia, el estudio GBD estimó que en 2019 hubo aproximadamente 12,9 millones de nuevos casos de ACV en todo el mundo, un aumento del 23,6% en comparación con 2010. La tasa de incidencia estandarizada por edad del accidente cerebrovascular aumentó de 95,7 por 100.000 personas en 2010 a 118,4 por 100.000 personas en 2019. El ACV fue responsable de aproximadamente 5,9 millones de muertes a nivel mundial. Esto representa un aumento del 26,1% en comparación con 2010 (1). Se atribuyen diferentes factores al incremento en la tasa de ACV: Envejecimiento de la población, cambios en el estilo de vida, mayor prevalencia de enfermedades crónicas (hipertensión arterial, diabetes, fibrilación auricular), y mejoras en el diagnóstico. Enfermedad vascular periférica La enfermedad vascular periférica es devastadora, genera altísimos costos en morbilidad y discapacidad, y se encuentra subdiagnosticada. La prevalencia de la EVP se incrementa con la edad, y se estima que sería tan alta como de hasta el 30% en personas mayores de 70 años. Dado que en las fases iniciales puede ser asintomática, los números pueden ser aún peores (20, 21). Insuficiencia cardiaca La prevalencia global de insuficiencia cardíaca (IC) fue de aproximadamente 64,3 millones de casos en 2019, lo que representa un aumento del 33,9% desde 2010. La tasa de prevalencia estandarizada por edad de la IC aumentó de 1.017,4 por cada 100.000 personas en 2010 a 1.317,3 por cada 100.000 personas en 2019. En cuanto a la incidencia, el IHME estimó que hubo aproximadamente 15,5 millones de nuevos casos de IC a nivel mundial en 2019, lo que representa un aumento del 27,5% desde 2010. La tasa de incidencia estandarizada por edad de la IC aumentó de 231,5 por cada 100.000 personas en 2010 a 295,7 por cada 100.000 personas en 2019. Además, el IHME estimó que la insuficiencia cardíaca fue responsable de aproximadamente 4,9 millones de muertes en todo el mundo en 2019, lo que representa un aumento del 22,3% desde 2010 (1). Algunos estudios sugieren que la prevalencia de la insuficiencia cardíaca puede continuar aumentando en las próximas décadas debido al envejecimiento de la población, la creciente carga de factores de riesgo como 13

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