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Jules Cotard y el delirio de las negaciones - F Allegro

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Cotard describió una forma de delirio muy particular en el cual se presenta, como denominador común, la negación de los órganos anatómicos y/o cosas físicas o metafísicas. Este cuadro está incluido dentro de los delirios hipocondríacos de las formas ansiosas de la melancolía que están publicados en su trabajo “Du délire hypocondriaque dans une forme grave de la mélancolie anxieuse”, que fue presentado en la Société Médico-Psychologiques en 1880.

Jules Cotard y el delirio de las negaciones - F

Psiquiatría 3:9, Marzo 2010 Jules Cotard y el delirio de las negaciones historia de la psiquiatría Dr. Fabián Allegro Médico. Especialista en Psiquiatría. Presidente de la Sociedad Argentina de Psicopatología de la Asociación Médica Argentina. Adjunto de la Cátedra Escuela Francesa II de la Facultad de Psicología, UBA. Jefe de Trabajos Prácticos de las materias Salud Mental y Psiquiatría de la Facultad de Medicina, UBA. Coautor del Código de Ética de la Asociación Médica Argentina. Jules Cotard nació en 1840 en Issoudun. Estudió Medicina en París y luego estuvo en La Salpêtrière, donde trabajó con Charcot. En 1868 publicó su tesis Ètudes sur l'atrophie partielle du cerveau. Vivió en Vanves los últimos años de su vida. Gran parte de su obra fue recogida en los Ètudes sur les maladies cérébrales et mentales (París, J. B. Baillière, 1891) con un prefacio de Jules Falret. Cotard describió una forma de delirio muy particular en el cual se presenta, como denominador común, la negación de los órganos anatómicos y/o cosas físicas o metafísicas. Este cuadro está incluido dentro de los delirios hipocondríacos de las formas ansiosas de la melancolía que están publicados en su trabajo “Du délire hypocondriaque dans une forme grave de la mélancolie anxieuse”, que fue presentado en la Société Médico-Psychologiques en 1880. En su estudio “Du délires des négations” −publicado en los Archives de Neurologie en 1882− lo llama delirio de las negaciones. Allí describió tres categorías para esta entidad: 1- El delirio de negaciones en estado de simplicidad; 2- El delirio de las negaciones de la parálisis general progresiva y 3- El delirio de las negaciones en el delirio de persecución. Los enfermos que lo padecen expresan que no tiene estómago, ni cerebro, ni cabeza, que no comen o que no digieren. Si se les pregunta sobre un objeto por ejemplo, una rosa, dicen que no es una rosa. Algunos de ellos manifiestan la idea de que no morirán jamás. Si se les pregunta el nombre, responden que no tienen nombre. Así mismo cuando se les pregunta la edad, contestan que no tienen edad. Dicen no haber nacido, no tener madre ni padre, etcétera. En algunos casos la negación es universal. No existe nada. Expresan que no son nada. En algunos casos se presenta un oposicionismo tenaz y persistente y en todos los casos se resisten a vestirse, a levantarse o a acostarse. Efectúan un rechazo total de los alimentos que suele ser la consecuencia de un delirio de indignidad, cosa que algunas veces justifican diciendo que “no tienen estómago”. A Cotard le llamó la atención la falta de referencias sobre esta afección. Como excepción mencionó a una observación clínica de Baillarger de 1860 referida a una forma hipocondríaca del delirio de negaciones que se presenta en la parálisis general progresiva. Este delirio suele comenzar por una forma manifiesta de hipocondría “moral” que posteriormente se convierte en una hipocondría física. Se presentan trastornos de la sensibilidad; en particular anestesias. El delirio tiene la impronta de la humildad y muchas veces aparece una manía de condenación: estos enfermos se muestran como culpables y condenados. El delirio −a diferencia de los que se presentan perseguidos por un perjuicio que converge hacia su persona− se expande desde su persona hacia los demás promoviendo ideas de ruina de las cuales se cree culpable. En los melancólicos ansiosos que presentan ideas de condensación hay una disposición al suicidio, incluso en aquellos que se creen muertos o inmortales. Algunos se ponen violentos, y en aquellos que están desprovistos de sentimientos morales aparecen acentuados ciertos rasgos perversos. Con frecuencia injurian o blasfeman. No suele haber alucinaciones. Cuando existen son sólo confirmativas de las ideas delirantes. Cuando hablan solos es para repetir en forma de letanías frases de su entorno. En un informe de 1888 a la Société Médico-Psychologique incorporó una observación de Jules Seglas acerca de la presencia de ideas de enormidad en la etapa final del delirio de las negaciones. Estas ideas se presentan como una pseudo-megalomanía, en la que existen ideas de inmortalidad y de inmensidad, y que se debe distinguir de la verdadera megalomanía de los perseguidos. Cotard diferenció el delirio de las negaciones del delirio persecutorio descrito por Lasègue. En éste, a diferencia del delirio de las negaciones, el enfermo presenta una hipocondría física al inicio y la hipocondría moral es consecutiva, no presenta rasgos melancólicos, el suicidio es relativamente raro así como los trastornos de la sensibilidad, hay alucinaciones auditivas constantes, hay delirio de grandeza y el rechazo de alimentos es parcial en tanto creen que pueden estar envenenados. Varios autores prestaron gran atención a este cuadro. Entre otros, Regis que denominó al delirio de las negaciones como Síndrome de Cotard y Jules Seglas que hizo una valiosa lectura del mismo. Cotard murió en 1889 en Vanves. EDITORIAL SCIENS // 11

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