MNC Derito // Urgencias en Psiquiatría. Psicosis endógenas agudas des de padecer una enfermedad incurable o mortal, de certeza irreductible. En este caso el fenómeno es alucinatorio. Sensaciones corporales anormales: estas sensaciones erróneas o cenestopatías, en la depresión hipocondríaca pueden referirse a todo el cuerpo, tanto a su superficie como a su interior. Dice Leonhard que los pacientes en general las localizan en grandes zonas de límites imprecisos, su carácter es inespecífico. Pueden hablar de pinchazos, dolor, ardor, presión, vacío, pero no con una sola de ellas, sino con varias al mismo tiempo. De hecho están tratando de explicar una sensación que es distinta a todas las que han sentido hasta ese momento, cuando se le sugieren denominaciones específicas, las rechazan, porque la sensación corporal no tiene ninguna cualidad específica conocida. Utilizan metáforas: finalmente para poder hacerse entender, recurren a las comparaciones, usando metáforas, de lo que concluimos que las sensaciones corporales anormales tienen un carácter específicamente propio. Los pacientes pueden decir que sientes como si su hígado fuese de piedra, como si se moviera un líquido adentro de su cabeza, como si la piel estuviera electrizada, como si los intestinos fueran de cartón, etc. Aclara Leonhard que las sensaciones corporales anormales son tales que una persona normal no las conoce. Angustia: los enfermos de depresión hipocondríaca describen sus padecimientos con un estado de ánimo angustioso, pueden llorar y quejarse de los mismos solicitando una curación, pero falta la inquietud y el tormento de la depresión acuciante. En esta enfermedad, esas sensaciones corporales anormales surgen de sentimientos corporales patológicos, pero aún vividos como propios porque no hay escisión del yo. Si el afecto se trastorna aún más pueden mostrarse desesperados y se quejan menos. Ideación deliroide hipocondríaca: de las sensaciones corporales anormales y la angustia vivida en el estrato más primitivo del mundo emocional (el cuerpo), surgen ideas deliroides de estar enfermo, de padecer un mal incurable o mortal, de tener una afección corporal grave. No manifiestan otro tipo de ideas más que las engendradas por las cenestopatías y el temor por su cuerpo que estas le generan. Puede haber alguna idea de inferioridad, de culpa o de referencia, pero sin predicamento frente a las ideas hipocondríacas. La diferencia fundamental con la esquizofrenia hipocondríaca, es que en la depresión las sensaciones corporales erróneas son vividas como propias e interpretadas como el resultado de una enfermedad física grave que se está padeciendo, nunca hay influencia externa. En la esquizofrenia las cenestopatías son vivenciadas como provocadas desde afuera, por lo que se impone la idea de influencia externa. Fenómenos de extrañamiento: no se refiere a las sensaciones corporales erróneas, como vivencia de cambio del cuerpo, más bien se trata de una forma muy especial de falta de sensaciones en todo su cuerpo. Dicen que su corazón ha dejado de funcionar, no sienten sus brazos y sus piernas, su intestino se ha paralizado, no tiene sensibilidad en su piel, que por ello saben que todo está muerto. Dejan de comer y de beber, no van al baño, están seguros de que su cuerpo ha muerto, se acompaña de una profunda angustia. Este cuadro ya había sido descripto por Cotard y se lo conoce como Delirio de Cotard, Delirio Nihilista o Síndrome de la negación 132
de órganos. Las quejas de los enfermos se refieren a las sensaciones anormales y la falta de sensibilidad corporal. También se ve afectado el mundo de la percepción, como sucede en la melancolía pura, se quejan de que no sienten los olores, no le sienten el sabor a las comidas, han perdido el gusto, el tacto ya no le produce sensaciones, no sienten el calor, el frío ni el dolor. Dice Leonhard que también pueden perder la capacidad de imaginar las representaciones, no recuerdan como era su casa, ni la cara de personas que han visto un rato antes, o de sus familiares y allegados. La conclusión que extraen de esto es que su cuerpo ha muerto, que ya no pueden morir en el sentido habitual del hecho, y en cuanto a su personalidad vivencian que se han convertido en otra persona, que nunca serán como antes. Según Jaspers en esta instancia estaría alterada la conciencia del yo, y de ella especialmente la conciencia de identidad: “soy el mismo siempre”. Las sensaciones corporales erróneas, la falta de sensibilidad corporal, la enajenación del mundo de la percepción, la incapacidad subjetiva para la representación y el recuerdo, las quejas de la inhibición del sentimiento, la conciencia del automatismo de los procesos volitivos, han determinado, según Jaspers la “la pérdida del sentimiento del yo como conciencia del existir”. Los enfermos se sienten consigo mismos extraños, como cambiados, como autómatas, impersonales, de allí deviene la idea de estar muerto o haber dejado de existir, porque ya no son ellos mismos. Fenómeno de despersonalización: los fenómenos de extrañamiento se encuentran en la mayoría de las depresiones hipocondríacas, e invariablemente se acompaña de despersonalización. El paciente siente que ya no es la misma persona que era antes. Es como si pudiera ausentarse de sí mismo y verse desde afuera, pero lo que ve es una persona distinta. De todas maneras según evalúa nuestro autor, el estrato afectivo afectado en la depresión hipocondríaca, si bien es un estrato vital de la personalidad. En los casos leves son más notorias las quejas y lloriqueos que la tristeza. Pero en los grados más graves llegando al síndrome de Cotard, las cosas cambian y la angustia es profunda y torturante. Para Jaspers también está alterada la conciencia del yo, especialmente la conciencia de la unidad: “yo soy uno en el mismo momento”. Si lo que hacemos, pensamos y sentimos lo vivimos como propio, como el devenir de nuestro yo personal se llama personalización. Cuando los actos psíquicos son realizados con la conciencia de no pertenecerme, el fenómeno se llama despersonalización. Inhibición motora: para Leonhard en esta forma de depresión falta la inhibición motora, pero en casos graves con síndrome de Cotard ya desarrollado, hemos visto que se acompaña de inhibición motora y enlentecimiento del pensamiento. Caso 1 Estaba de guardia, hace muchos años en una pequeña clínica y como es costumbre en esos lugares, sola. Se presenta una internación de una mujer de aspecto pícnico, de 54 años, traída por su esposo y su hermana con orden de internación de su obra social. La paciente caminaba lentamente ayudada por sus familiares, daba la impresión de un agotamiento extremo, arrastrando los pies, cabeza gacha, brazos pendientes del cuerpo como sin vida. Se la sienta en una silla, sus movimientos son torpes, como de abandono más que de no poder realizarlos. 133
Loading...
Loading...