D Serebrisky // Adicciones familiares en torno a la pandemia: culpabilizaciones, enfados, negaciones, sentimientos de culpa, etcétera, para abordar los conflictos que éstas generan. ¿Podemos concluir algo? A estas alturas no descubrimos nada nuevo si decimos que ahora más que nunca debemos prestar una atención especial a las consecuencias psicológicas de esta crisis mundial. No basta con estar venciendo, o al menos controlando, al virus con las vacunas y demás medicamentos que se desarrollen. Los efectos psicológicos provocados por la pandemia son de tal magnitud que no podemos limitarnos a pensar que la solución pasa por intervenciones clínicas de profesionales especializados. Siempre, y hoy más que nunca, lo comunitario adquiere una relevancia fundamental para afrontar este estadio en el que nos encontramos. El sostén comunitario y familiar cobra mayor importancia aún si cabe, y adquieren todo su sentido para superar los efectos que nos deja esta pandemia: • Los contextos formales e informales de encuentro adquieren una nueva dimensión en estos tiempos y deben convertirse en grupos de ayuda mutua y de sostén emocional. Los encuentros familiares, de amigos, deportivos, culturales, políticos y sociales pueden ir más allá de los objetivos que hasta ahora pretendíamos y podrían ser (deberían ser), además, sostén de situaciones vitales personales y comunitarias difíciles. • Las campañas y el trabajo diario en torno a la prevención de suicidios es otro de los aprendizajes que debemos extraer. • Otra de las posibles enseñanzas que nos deja esta pandemia mundial es la necesidad de introducir la muerte, la enfermedad y, en definitiva, la vulnerabilidad del ser humano, como una realidad a la que debemos aprender a mirar y de la que debemos aprender a hablar. Esto, que vale para la población en general, tiene más sentido para los excluidos, los más vulnerables. En nuestro caso, para todas esas personas con problemas de adicciones, muchas de ellas con patologías psiquiátricas. En los momentos de mayor angustia provocados por la pandemia, cuando ésta nos golpeó con toda su dureza, se alzaron voces para gritar que de esta crisis íbamos a salir reforzados, mejores personas. Más allá del sentido de auto rescate y ánimo que tuvieron esas afirmaciones en aquel momento, sí creo que podemos extraer ciertos aprendizajes que con el tiempo aprenderemos a modelar. Como bien sabemos los psicoterapeutas familiares, una crisis es una oportunidad para el cambio. Recomendaciones Tras finalizar este capítulo, lo envié a los coordinadores del libro, quienes me pidieron muy amablemente que añadiese algunas recomendaciones extraídas del trabajo en este largo año de pandemia. Inmediatamente me asaltaron preguntas, dudas que nacían en mi corazón. ¿Realmente puedo yo recomendar algo? La idea me abrumó al recordar las lecturas de los autores que a lo largo de todos estos años me he nutrido y el tener que enfrentarme al hecho de proponer ideas que enriquezcan a otros profesionales. Con toda humildad comparto estás recomendaciones: • El trabajo grupal adquiere un nuevo va- 52
lor y una nueva dimensión en el trabajo terapéutico con adicciones. La necesidad de apoyo y sustentación en el otro es, desde mi punto de vista, cada vez más necesaria en los procesos de recuperación. “Yo solo no puedo, necesito de ti, de ustedes; y la soledad es un peligro al que temo.” Volver a los trabajos terapéuticos grupales en adicciones es inexcusable en estos momentos. • La integración de las nuevas tecnologías, fundamentalmente las videoconferencias, en el espacio terapéutico es algo de lo que otros autores han hablado antes que yo. Estos nuevos instrumentos nos permiten acercar a quien, por diferentes razones, no puede estar presente en la terapia presencial, nos abre las puertas a múltiples variaciones y permutaciones en las sesiones familiares. Esta pandemia nos ha develado la importancia de las formas distintas de intervención presencial: con una parte de la familia o con toda, con partes de la familia que antes estaban excluidas, con partes de la familia presencial y on line al mismo tiempo, etc. Pero en ningún caso considero que deba sustituir el trabajo terapéutico in situ. Debe ser siempre una herramienta que nos ayude a ampliar los accesos, no a sustituirlos. • Una nueva mirada a la experiencia de vulnerabilidad y resiliencia es algo que podemos extraer de lo vivido en este tiempo de pandemia. La elaboración y la aceptación de dicha vulnerabilidad que se ha hecho patente en estos tiempos, junto con la capacidad de resiliencia demostrada por muchos de los que se enfrentaron a experiencias difíciles, son realidades que debemos traer al espacio terapéutico. • Por último, y no menos importante, una mayor accesibilidad a nosotros como profesionales, junto a un equilibrio necesario en el cuidado personal del terapeuta, genera nuevos espacios y nuevas formas relacionales que amplían la buena evolución terapéutica. Es un equilibrio complejo al que debemos enfrentarnos: cuidar al mismo tiempo que sabemos cuidarnos. Bibliografía • Molina M. (2020). Impacto de la pandemia por Covid-19 durante el año 2020 en el patrón de consumo de sustancias psicoactivas y otros comportamientos con potencial adictivo. Recuperado de https:// pnsd.sanidad.gob.es/profesionales/sistemasInformacion/sistemaInformacion/COVID-19/20210326_ Informe_ENCUESTA_OEDA-COVID_2020_def.pdf • Rehm, J. (2020). The OEDA-COVID 2020 survey Summary Report. Recuperado de https://pnsd. sanidad.gob.es/profesionales/sistemasInformacion/home.htm • RIOD (2020): Recomendaciones de la Sociedad Civil Organizada del Ámbito de Drogas de América Latina, Caribe y España Frente a la Crisis del Covid-19. Recuperado de https://riod.org/recomendaciones-riod-covid19/ • Saenz E., Uhl A., Akifyeva E., Ashrafi-Kakhki L., Gui Q. y Fehlinger R. (19/08/2021). Voces Internacionales: COVID-19: La pandemia que cambió el mundo tal y como lo conocemos. REVISTA PRO- YECTO, (105), páginas 31-36. 53
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