Psicofarmacología 24:136, Septiembre de 2024 en las alucinaciones suele centrarse cuando se dan en la esfera auditiva o visual acompañando a las enfermedades mentales. Según Behrendt la percepción surge de la sincronización de las oscilaciones bioeléctricas gamma (ritmos electroencefalográficos registrados en la frecuencia de 40-50 Hz) en las redes talamocorticales establecidas con las cortezas sensoriales primarias, y sugiere que en los pacientes con esquizofrenia la modulación de tal actividad gamma talamocortical está alterada; esto permitiría que tales oscilaciones funcionen aun en ausencia de estímulos sensoriales concretos provocando fenómenos alucinatorios (2). Sin embargo, un cuadro alucinatorio es un fenómeno complejo que involucra no solo las cortezas primarias sensitivas sino un procesamiento cortical-subcortical total, tal vez equivalente al procesamiento durante el sueño REM. Por ello, el atribuir la alucinación únicamente a las redes talamocorticales cuenta solo una parte de la historia ya que la actividad de estas redes se complementa con la de otros dos fenómenos indisolublemente asociados, la valoración-expectativa automática subcortical ante la percepción de nueva información o la reformulación de la preexistente y el foco atencional o spot que otorga al procesamiento continuo su diferenciación particular o concientización. La valoración-expectativa y todo el despliegue emocional-actitudinal que la rodea estaría dada por interacción de los circuitos mesolimbocorticales y amigdalinos, mientras que el foco atencional se debería preferentemente a la activación colinérgica proveniente de los núcleos basales del cerebro anterior más la de los sistemas aminérgicos del tronco encefálico (3, 4). Para resumir lo antedicho, nuestro sistema nervioso en las buenas y en las malas sería una suerte de sincicio funcional que procesa toda la información en un continuum espacio-tiempo flexible y dinámico (5). El consumo recreativo de cannabis va en aumento. Existen pruebas que dicho consumo en la población general causa sintomatología psicótica, entre ellas alucinaciones (6-9), relación que es específica y no depende de la presencia previa de otro cuadro psiquiátrico (10). Subsecuentemente se demostró que el responsable de estos cuadros era el fitocannabinoide psicoactivo Δ 9 -tetrahidrocannabinol (THC), uno de los componentes mayoritarios del cannabis (11). Como contrapartida, los preparados con mayor contenido de cannabidiol (CBD), el otro componente mayoritario, producirían supuestamente menos síntomas psiquiátricos entre los consumidores. Tal apreciación condujo a sugerir que el CBD exhibía propiedades antipsicóticas antagonizando al THC (12) lo que se explicaría porque el THC es un agonista total CB1 mientras que el CBD es un agonista parcial (13). Sin embargo, dos revisiones sistemáticas mostraron que no era recomendable usar cannabis medicinal o CBD en pacientes con esquizofrenia (14, 15). De acuerdo con el mecanismo fármaco-toxicológico y al contexto donde aparecen, podrían considerarse dos tipos de alucinaciones, las oníricas y las psicóticas (16). Las primeras tienden a experimentarse como un sueño vívido en el que el sujeto percibe que está alucinando o lo que padece no es real. Este tipo sería desencadenado por alucinógenos de mecanismo serotonérgico (agonistas parciales puros o selectivos 5-HT 2A como la psilocibina) o glutamatérgico (bloqueantes parciales del canal NMDA sobre el sitio sigma como la fenciclidina). Las segundas tienden a ser desordenadas, pero con contenido tan nítido que el sujeto no se da cuenta que está alucinando, sino que las vivencia como reales. Este tipo serían las típicas de la esquizofrenia o las desencadenadas por sustancias de mecanismo dopaminérgico (agonistas totales D 2 como el LSD y otras ergolinas). Teniendo en cuenta que los receptores CB1 pueden formar heterodímeros con los 5-HT 2A y D 2 (17, 18), nos preguntamos si este sería el mecanismo por el cual los compuestos cannábicos inducen alucinaciones y en base a esto cuál sería el tipo resultante más frecuente. Por lo tanto, el objetivo principal de este trabajo es brindar una explicación molecular sobre la génesis de las alucinaciones en el contexto del consumo de cannabis. Secundariamente, se pretende analizar como interactúan los distintos receptores acoplados a las proteínas G (GPCR) en un entorno circuital e integrar los fenómenos descriptos bajo la visión de la biología de sistemas. El manejo y procesamiento de la información por los neurocircuitos, un panorama general La información en general va circulando continuamente por toda la corteza y estructuras subcorticales. Independientemente de su modalidad (sensorial, procedural, cognitiva) va procesándose según las necesi- EDITORIAL SCIENS // 17
Héctor Alejandro Serra dades del organismo para modelar su comportamiento y devenir, a la vez que se guarda lo importante y se va descartando el resto, así el olvido deja lugar a nuevos recuerdos. La nueva información ingresa por las cortezas somestésicas primarias y olfatoria y tiende a converger con mayor o menor grado de procesamiento hacia cortezas asociativas, emocionales y superiores mientras va fusionándose con la preexistente mediante la participación de los distintos ductos corticoestriatales (3) y el hipocampo. Toda vez que los seres humanos procesamos información se produce automáticamente una valoración-expectativa de la misma. Su relevancia surge cuando se extrae del ciclo automático y se coloca en un plano consciente, tal vez porque toda valoración va acompañada de cierta carga de ansiedad ya que la amígdala advierte sobre posibles peligros ambientales, aun cuando no existan realmente. Si la expectativa se cumple sin importar su relevancia, hay una saliencia gratificante con hipertimia producto de la actividad del estriado ventral y su influencia sobre las cortezas emocionales (y según lo aprendido los individuos nos adjudicamos recompensas, aparece el buen humor y se calma nuestra ansiedad) o a lo sumo, si el resultado del proceso es muy negativo, se da una extinción. Si, por el contrario, la expectativa no se cumple, hay una saliencia negativa por no anulación amigdalina con hipotimia que es directamente proporcional a la relevancia adjudicada (aquí, los individuos podemos extinguir por reemplazo la ansiedad si consideramos que la importancia es baja, o podemos continuar ansiosos y temerosos, o en el peor de los casos, padecer fobias, mal humor, ira y frustración intensa si creíamos que la relevancia era alta). La rápida confluencia de toda información sobre las estructuras subcorticales como amígdala, estriado ventral e hipocampo y su valoración automática es una herencia evolutiva animal que, al provocar un alerta instantáneo en el hipotálamo y tronco encefálico para la eventual lucha o huida, o bien una activación del estriado ventral para eventualmente frenar el alerta o gratificar una situación dada, genera las condiciones necesarias para la supervivencia ante la hostilidad del entorno (resiliencia). Por demás, bajo nuevas hipótesis, en el ser humano el fracaso de este procesamiento primitivo en favor del estrés continuo sería un condicionante de los trastornos de ansiedad y del humor, mientras que su fracaso en favor de la gratificación continua sería un elemento hacia las adicciones. La corteza recibe información de la propia corteza, del tálamo, de los núcleos aminérgicos mesencefálicos (sistema modulador difuso), del sistema activador colinérgico del cerebro anterior y desde el hipotálamo lateral; la procesa y la devuelve de nuevo a la corteza, al tálamo, al cuerpo estriado, al hipocampo y amígdala, a varios núcleos del tronco y a las astas anteriores de la médula espinal, todo esto a través de los distintos tractos de sustancia blanca (19). Esta maraña de procesamiento está conformada por neuronas largas de proyección glutamatérgicas excitatorias o células principales que corresponden al 80-85% del total, interneuronas GABAérgicas inhibitorias cortas que suman el 15-20% restante, y fibras aferentes, eferentes y de interconexión (20). Debe recordarse que las interneuronas GABAérgicas más abundantes son las células en Cesta que están integradas a los circuitos aferentes corticales para filtrar aún más la información y mejorar los mecanismos atencionales, y dentro de este subgrupo, las CCK positivas son las que expresan la mayoría receptores cannabinoides CB 1 (21). Al tomar en cuenta lo mencionado bajo una concepción unificadora, una determinada tarea procesal que encare el sistema sería llevada a cabo por grupos neuronales redundantes de tal modo que su pérdida parcial (por diversos procesos fisiológicos y/o patológicos) podría ser compensada aceptablemente, siempre y cuando se conserve una conectividad suficiente que no afecte el continuum de las redes establecidas entre todos sus componentes (22). No obstante, a los fines prácticos más allá del tal continuum debemos para el análisis enfocar la actividad de ciertas estructuras sin desmedro de las demás. Así, las cortezas sensoriales primarias establecen el proceso principal de entrada de nueva información, mientras que la prefrontal y cingulada anterior hacen la valoración informativa automática por sus vínculos con el estriado ventral y otras estructuras del ducto afectivo límbico (Figura 1). Las redes talamocorticales son conexiones de ida y vuelta que resultan sumamente importantes para la percepción e incorporación informativa en general (2). Su función es facilitar el flujo de información entre el tálamo y las cortezas a través de estímulos recíprocos y sincrónicos; estímulos que se filtran y direccionan gra- 18 // EDITORIAL SCIENS
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