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Nuevos trastornos de estrés y nuevos tipos de víctimas - J Gleser

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La difusión masiva de catástrofes naturales, accidentes causados por el hombre, guerras, atentados terroristas, y crímenes violentos en los últimos años, incrementó el interés profesional y público por los efectos psicológicos post fenómenos estresantes. Estas catástrofes naturales, tecnológicas, sociales y los conflictos bélicos y violentos, precipitadas con o sin intencionalidad humana se caracterizan por el evento nefasto, el gran número de víctimas, la amplitud de las destrucciones materiales y la importante desorganización social que le siguen; y que dejan generalmente decenas y hasta miles de muertos e incontables secuelas físicas y psicosociales derivadas de las circunstancias violentas, del desplazamiento de poblaciones y de las carencias extremas y plagas que se originan (1). El 60% de las víctimas directas o indirectas de estos incidentes corre el riesgo de sufrir un trastorno psíquico a lo largo de toda su vida, mientras que el porcentaje de población que posee este mismo riesgo se reduce al 20% (2). Entre los trastornos psicológicos más importantes se destacan los clásicos: Estrés Postraumático Agudo y Crónico (3) con sus víctimas tradicionales, y las nuevas patologías como el Trastorno por Amenaza Traumático (4), el Trastorno de Ansiedad Colectivo y las nuevas Víctimas Secundarias y Virtuales (5, 6 y 7).

Nuevos trastornos de estrés y nuevos tipos de víctimas - J Gleser

Nuevos trastornos de estrés y nuevos tipos de víctimas Dr. Jorge Gleser Médico Especialista en Psiquiatría Creador y Director del Programa de Maestría en Seguridad de la Universidad de la Matanza, Buenos Aires, Argentina. Director de ISDS Argentina y Panamá de ISDS – International Security & Defence Systems. Email: gleserjorge@gmail.com La difusión masiva de catástrofes naturales, accidentes causados por el hombre, guerras, atentados terroristas, y crímenes violentos en los últimos años, incrementó el interés profesional y público por los efectos psicológicos post fenómenos estresantes. Estas catástrofes naturales, tecnológicas, sociales y los conflictos bélicos y violentos, precipitadas con o sin intencionalidad humana se caracterizan por el evento nefasto, el gran número de víctimas, la amplitud de las destrucciones materiales y la importante desorganización social que le siguen; y que dejan generalmente decenas y hasta miles de muertos e incontables secuelas físicas y psicosociales derivadas de las circunstancias violentas, del desplazamiento de poblaciones y de las carencias extremas y plagas que se originan (1). El 60% de las víctimas directas o indirectas de estos incidentes corre el riesgo de sufrir un trastorno psíquico a lo largo de toda su vida, mientras que el porcentaje de población que posee este mismo riesgo se reduce al 20% (2). Entre los trastornos psicológicos más importantes se destacan los clásicos: Estrés Postraumático Agudo y Crónico (3) con sus víctimas tradicionales, y las nuevas patologías como el Trastorno por Amenaza Traumático (4), el Trastorno de Ansiedad Colectivo y las nuevas Víctimas Secundarias y Virtuales (5, 6 y 7). Víctimas y trastornos La industrialización de la delincuencia (crimen organizado, narcotraficantes, secuestradores y terroristas), el incremento de las catástrofes naturales debido al calentamiento global, los grandes accidentes y la alianza tácita con los medios de comunicación y difusión, originaron un incremento cualitativo y cuantitativo del nivel de violencia e inseguridad. Muchas sociedades viven en una atmósfera de temor prolongado, con un gran potencial traumático, que causa incertidumbre, detrimento de los valores humanos y la aparición de nuevas patologías y de nuevos tipos de víctimas (8). “La experiencia indirecta de victimización en México pesa más en el temor al delito que el hecho mismo de haber sufrido en carne propia un evento de esta naturaleza” (9). Las víctimas secundarias y virtuales se agregaron a la lista típica de víctimas comunes, aquellas que se encontraban en el escenario del incidente, seleccionadas previamente como objetivo y casuales que se encontraban por casualidad en el evento pero poseen un valor socioeconómico-político especial (8). Las reacciones psicológicas ante un incidente traumático importante vivido a nivel real o virtual son similares, aun si varían en su magnitud. Muchos exhibirán algunos síntomas del tipo de “reacción normal ante evento anormal” y la mayoría se recuperarán y no sufrirán de morbilidad psiquiátrica a largo plazo. Algunos, más resilientes, experimentarán el trauma como una experiencia de crecimiento que cambiará su perspectiva de vida positivamente y otros sufrirán un trastorno psiquiátrico como Estrés Agudo, TEPT, depresión, ansiedad, somatización y abuso de substancias (1, 8). Proponemos la siguiente clasificación de las víctimas de acuerdo con su exposición al incidente traumático y/o por el factor desencadenante de los síntomas: A. Primaria: exposición directa, presente durante uno o más incidentes (clásico TEPT). B. Secundaria: por contacto directo o convivencia con una o más víctimas (familiares, terapeutas). C. Virtual: exposición a través de otros o por los medios de comunicación masivos (residentes expuestos a noticias). 16 // EDITORIAL SCIENS

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