D Cohen // Psicoterapia individual basada en la mentalización y el apego para pacientes con trastorno límite de la personalidad Cuadro 4. Mentalizació n ideas de Winnicott y Fonagy. Mentalización. Origen en el psicoanálisis (IV) • Winnicott (1991), Fonagy et al. (2002): especularidad de la madre para lograr un sentido del self en el niño, el self se desarrolla a través de la percepción de uno mismo en la mente de otra persona, como un ser que siente y piensa. El niño debe poder verse reflejado en la madre y el paciente posteriormente debe poder verse reflejado en la mente del analista. Mentalizar depende de poder “haber sido mentalizado” por la madre. Objeto transicional, fenómenos transicionales, juego con la realidad y espacio potencial, todos ellos contribuyen a la mentalización ya que permiten simbolizar las experiencias mentales. Adicionalmente mentalización = formación de símbolos (Segal, 1957). Cuadro 5. Mentalización: Base en el apego Mentalización. Origen en el psicoanálisis (V). Foco en el attachment (apego) • Desarrollo óptimo en el marco de attachment seguro (Bowlby, 1973): confort emocional, sentimiento de seguridad, base segura para la exploración y luego retorno a la madre. La base segura no sólo permite la exploración del mundo exterior, permite también, la del mundo interior: el mundo de la mente. actitud intencional resulta ubicua y la aplicamos en algún momento para encontrar sentido a la conducta de otros y asegurar de esta manera la continuidad evolutiva como especie (30). Los cuadros 1 al 5, resumen los antecedentes históricos de la mentalización basados en el modelo psicoanalítico. Conceptos relacionados con mentalización Resulta claro desde el momento de teorizar, evaluar y aplicar clínicamente el concepto de mentalización que se trata de un término amplio, no univoco, relacionado a términos empleados casi como sinónimos que resulta merecen cierta aclaración: Teoría de la mente (ToM): significa comprender que sucede en la mente del otro, por ejemplo, a través de la expresión facial, tono de voz y otras formas de comunicación no verbal. El término proviene de los trabajos pioneros de Premack y Woodruf (35) que definieron ToM como la capacidad de captar y comprender los estados mentales de uno mismo y de los otros. Luego Baron-Cohen et al. (15) ampliaron el concepto en sus importantes investigaciones con pacientes del espectro autista que mostraban gran dificul- 16
tad para captar los estados mentales de los otros, acuñaron el término “ceguera mental” como una forma muy gráfica de resumirlo. El niño autista no puede reconocer (o le resulta difícil) que otros poseen estados mentales, es decir que otras personas pueden desear, conocer o creer en ciertas cosas diferentes de las propias (ver capítulo 10). La ToM no puede desarrollarse en ausencia de representaciones de segundo orden (metacognición y metarepresentaciones, de lo contrario será una mente casi “vacía”) una habilidad que aparece hacia los dos años. En resumen, la ToM nos permite la importante función de realizar inferencias acerca de las creencias de otras personas y predecir aquello que van a hacer con estos conocimientos. Empatía: de acuerdo con Bateman y Fonagy (12, 13) empatía en sentido estricto significa la identificación, comprensión y motivación de los sentimientos de los otros y la atribución de los propios sentimientos hacia los otros. Otras definiciones vinculadas a la neurociencia social provienen de los estudios de Gallese (31-32) acerca del sistema de neuronas espejo (MNS por sus siglas en inglés), este sistema, identificado por casualidad en monos comprende un proceso por el cual las neuronas de la región premotora de macacos evidencian actividad neuronal por el solo hecho de observar un movimiento de un congénere. De este modelo surgen inferencias para especular acerca del MNS en humanos, al observar las manifestaciones corporales de un estado emocional en otra persona, “resonaríamos” con dicho estado y podríamos comprenderlo y compartirlo. Los investigadores especulan que en nuestra especie la región de la ínsula se activa cuando observamos dolor emocional y expresiones de disgusto en los otros, pero también cuando tenemos el recuerdo de una serie de dolores emocionales propios, por tanto, siguiendo la línea de pensamiento de Gallese, la empatía implica primero reconocimientos de estados de sí mismo. Desde otra perspectiva, Preston y de Waall (33) comprenden la empatía como un mecanismo más cercano a la identificación del estrés que implica el sufrimiento de los otros, la empatía es definida por estos autores como un estado por el cual el sujeto tiene un estado emocional similar al otro (objeto) resultado de una apreciación precisa de las emociones que demuestra visiblemente el objeto, la diferenciación con el otro se mantiene (a diferencia del contagio emocional). La empatía resulta un estado emocional/ cognitivo esencial en ciertas conductas entre ellas el apego (ver más adelante). Atención plena (mindfulness) significa ser consciente acerca de lo que estamos haciendo, sintiendo o pensando y proviene de los conocimientos aportados por ciertas corrientes del budismo. Mindfulness parece ser una capacidad exclusivamente humana, que consiste en ser consciente de los contenidos de la mente en cada momento, permite reflexionar y alcanzar la serenidad, de esta forma indirectamente favorece la mentalización. En síntesis, es la capacidad de mantener la conciencia viva en la situación real presente. Principios del desarrollo que favorecen la mentalización: apego, regulación emocional. ontogenia del sí mismo El objetivo más importante y valioso de la mentalización es la capacidad de generar las características esenciales del sí mismo (self) en relación dialéctica con los otros. La mentalización es inseparable de la inte- 17
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