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Psicoterapia individual basada en la mentalización y el apego para pacientes TLP - Cap 3 - D Cohen - Septiembre 2021

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La importancia del apego en el tratamiento basado en la mentalización Patología del apego

D Cohen

D Cohen // Psicoterapia individual basada en la mentalización y el apego para pacientes con trastorno límite de la personalidad crear metáforas, todo lo cual es función de la mentalización. Procesos de apego durante la infancia. Las investigaciones pioneras de Ainsworth La investigadora inglea Mary Ainsworth, identificó patrones de conducta que facilitaron una clasificación aún hoy en uso. Ainsworth (18), investigó rigurosamente el apego en niños (Tabla 1). Desarrolló un modelo que denomino “situación extraña”: registró y filmó a niños entre 12 y 18 meses de edad, en primer lugar la interacción con la madre, luego la madre se retiraba de la habitación durante unos minutos e ingresaba el “extraño”, la investigadora, observó la reacción de los niños frente a la ausencia de la madre utilizando el juego y la exploración como variables, luego retornaba la madre y se retiraba el extraño, estas acciones y la reacción del niño frente al retorno de la madre fueron los componentes más importantes para establecer un modelo general de estrategias del niño frente a la separación-reunión. Resumiendo, sus vastas ideas, la clasificación que propuso se expone a continuación: 1) Apego seguro: el niño busca proximidad hacia la madre cuando esta retorna, aunque haya sentido estrés durante la separación retorna al juego y a la exploración rápidamente, demuestra regulación afectiva frente a experiencias de separación. 2) Ansioso evitativo: el niño parece menos ansiosos durante la separación y tiende a ignoran a la madre cuando retorna. No muestran preferencia hacia la madre respecto del extraño. 3) Ansioso resistente o ambivalente: exploración y juego limitado, perturbaciones frente a la separación, manifiestan una conducta de aferramiento frente al retorno de la madre, enojo y tensión. Lentitud para recobrar la calma. 4) Desorganizado/desorientado: el niño no tiene una estrategia específica ante el estrés de separación, muestran agitación motora o inmovilización y deseo de escapar de la situación aún en presencia parental. Esta última categoría fue agregada por las investigaciones de Main et al. (19) (Tabla 2) resulta muy importante mencionar (en especial como factor de riesgo para el desarrollo de TLP) que, en el apego desorganizado, la figura parental es al mismo tiempo fuente de temor mientras debería ser de seguridad, esta modalidad de relación contribuye a crear una situación paradojal de fuerte impacto emocional. Esta estrategia implica una intención de alejarse del cuidador por temor o estrés y paradójicamente necesitarlo como fuente de seguridad. El principal mecanismo impulsor de la estrategia desorganizada es la incapacidad del cuidador para regular la activación de ansiedad y desorganización antes que el temor al cuidador como tal (13). El apego desorganizado y la dificultad para establecer procesos de intersubjetividad y madurez psíquica De acuerdo con la idea de que las formas particulares de comportamiento del cuidador son factores etiológicos significativos para la desorganización de la mente infantil, ciertos estudios han indicado que el 83% de los bebés maltratados o descuidados muestran un comportamiento de apego desorganizado hacia la madre (20). Las 58

investigaciones de Lyons (13), encontraron cinco aspectos generales de la interrupción del apego bajo la forma desorganizada en la comunicación emocional con el infante: (1) respuestas de alejamiento físico y emocional parental, (2) respuestas negativas-intrusivas, (3) confusión en los roles, (4) respuestas desorientadas, y (5) un conjunto de respuestas que denominaron “errores de comunicación afectiva”, que incluyen a la madre señalando tanto situaciones y comunicaciones conflictivas contradictorias hacia el niño y fallas para clarificar señales conflictivas emitidas por el infante. En el primer subgrupo de madres, denominadas por Lyons “indefensas-temerosas”, la conducta de apego fue particularmente difícil de identificar. Estas madres exhibieron conductas de aprensión, vacilación o evitación ante el apego infantil (22, 23). Las madres de este grupo parecían en general más temerosas e inhibidas. Resultaba muy poco probable que fueran abiertamente hostiles o intrusivas y por lo general intentaron mostrar al niño conductas de contacto. Sin embargo, a menudo tampoco tomaron la iniciativa para saludar o acercarse al bebé, y a menudo dudaban, se alejaban, o evitaban las solicitudes de contacto cercano del niño. Los hijos de madres indefensas y temerosas intentaron de todas maneras mantener el contacto con sus madres inseguras. Todos los niños de estas madres expresaron angustia, se acercaron a sus madres y trataron de alcanzar algún contacto físico con ellas, a la par que expresaban comportamientos desorganizados, miedo, impotencia o depresión. El segundo subgrupo de madres de niños desorganizados mostró tasas significativamente más altas de conductas autorreferenciales y negativas-intrusivas. Lyons, (22), denomino este perfil parental “hostil-autorreferencial” con respecto al apego. Las conductas negativas, intrusivas y autorreferenciales estaban fuertemente correlacionadas, por lo que estas madres evidenciaban un patrón contradictorio de comportamientos de rechazo y de búsqueda de la atención de sus hijos contribuyendo a la desorganización del vínculo. Los hijos de estas madres mostraban tanto comportamientos conflictivos desorganizados como altas tasas de evitación y resistencia como alejarse de la madre, angustia continua, o conductas que evidenciaban enojo hacia ella. Lyons et al. (13, 21, 22), consideran que estas estrategias representan procesos no conscientes, procedurales e implícitos desarrollados durante la infancia anteriores a procesos de mentalización conscientes, explícitos generadores de representaciones simbólicas (ver capítulo 2, modalidades de mentalización). Estas combinaciones poco coherentes de comportamientos maternos, a su vez, despiertan respuestas contradictorias y confusas en el infante en forma de patrones desorganizados hacia los padres. A modo de introducción podríamos considerar estas manifestaciones en el futuro paciente límite transmutadas en severas dificultades en las relaciones interpersonales, oscilaciones entre el acercamiento emocional y el alejamiento, ruptura frecuente de relaciones y conductas impulsivas como intentos fallidos de regular vínculos caóticos. Los procesos cerebro/mente y la cultura como generadores de fallas en la mentalización en el TLP Bajo este título me voy a referir a lo que ocurre en el TLP objetivo esencial de este volumen. Resulta difícil concluir en la prioridad y causalidad de los procesos que conducen a fallas severas y temporarias de la 59

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