Opinión Reflexiones. La creatividad, el psiquismo, el equilibrio Psiquiatría 3:11, Julio 2010 Reflections. Creativity, psychism, balance Dr. Gustavo Corra Médico Universidad de Buenos Aires (UBA). Especialista en Psiquiatría. Médico Psicoanalista. Miembro de la Asociación de Psiquiatras Argentinos. Miembro Didacta de la Asociación Psicoanalítica Argentina. Miembro Titular de la Asociación Psicoanalítica Internacional (IPA). Ex Coordinador de Hospital de Día del Hospital Italiano de Buenos Aires. Co-cordinador del Congreso 2008 de Fepall, Federación Psicoanalítica Latinoamericana. Autor del Capítulo de Psicosexualidad del Tratado de Psiquiatría, Editorial Sciens, Buenos Aires. La creación es patrimonio de los dioses en todas las culturas y todas las mitologías. Las historias del universo empiezan siempre con la especificación de cómo fue creado y cómo todo lo que en él se incluye fue creado. A los hombres nos ha quedado la mínima posibilidad de hacer algún tipo de innovación dentro de los elementos ya dados y sus combinaciones. La creatividad sería a la creación algo así como la relación del arte con la artesanía. Una actividad menor ligada al hombre y no a los dioses. Para el pensador acercarse al tema de la creatividad es siempre entrar en un terreno espinoso ya que el término creatividad no posee hasta la actualidad una definición conceptual específica en ningún campo determinado, tampoco la tiene en el terreno de la Psiquiatría ni en de las Ciencias de la salud mental. Si bien algunas disciplinas cercanas tales como la Didáctica y la Psicopedagogía han hecho abultados desarrollos, cualquier intento de definición suele oscilar entre concepciones muy disímiles. Solemos hablar de proceso creativo cuando nos referimos al tiempo necesario para el desarrollo de algo ingenioso, o novedoso. Podemos referirnos a la creatividad de alguien al hablar de su obra o su producto cuando este tiene originalidad, eficiencia, belleza, o algún aspecto que lo haga especialmente destacable. Se puede denominar también creatividad a la condición de aquellos que han producido a partir de sus descubrimientos o especulaciones singulares e importantísimos beneficios para la humanidad, tales como los antibióticos o las vacunas; creaciones artísticas tales como el Gruernica o el Quijote, aportes como de los de Fleming, Pasteur, Salk, Savin, Picasso o Cervantes, entre tantos otros. Para muchos, son entendidos también como creativos, desarrollos “exitosos” más espurios, como las trascendentes campañas publicitarias de empresas tales como Trone Publicidad de Carolina del Norte, para la Reynolds Tobacco fabricante de los cigarrillos Camel que comenzo en la década de 1990. En esta campaña se utilizaron herramientas tales como dibujos animados e imágenes de animales humanizadas reconocidas como contundentes frente al sector infantil y de adolescentes tempranos. El éxito publicitario pareció apuntar al descenso en la edad de comienzo del consumo de cigarrillos y gracias a la creatividad publicitaria se conseguiría que los niños fumen más. Creatividad es también el apelativo que se emplea muchas veces para quienes adoptan posiciones ligadas al arte, a las costumbres, al diseño, etcétera, muchas veces novedosas, algunas veces disparatadas y otras veces dudosamente condu- centes, tal es el caso de uno de los íconos de la “creatividad” contemporánea el mediático, caro y, a la vez, poco capaz de extraer jugo, exprimidor de Philippe Starck. El don creativo del hombre ha intentado entenderse clásicamente desde las disciplinas de la Salud mental, psiquiatras, psicólogos y psicoanalistas nos preguntamos cuáles son los mecanismos psíquicos que permiten o que generan la aparición del fenómeno creativo. Quienes pensamos desde una estructura psíquica sustentada en un determinismo inconciente, tendemos a pensar que es justamente allí donde se permite, u ocurre buena parte de este proceso. El psiquismo, desde su estructura, necesitará de un inconsciente capaz de permitir en un primer paso una lectura de la realidad externa que perciba lo que el medio necesita, valorar o calificar de necesario, valioso, estéticamente agradable, etcétera, ese será el lugar en el que trascenderá su creatividad y esta no ocurrirá sin esta evaluación previa del sistema en que se desarrollara. Luego, el segundo paso consistirá en idear este objeto contextuado desarrollándolo y llevando a la práctica dicha ocurrencia. Este proceso ocurrirá más fácilmente en la medida en que el creativo se permita planteos y especialmente preguntas en puntos de valores dogmáticos de su estructura. El permitirnos preguntarnos nos desnuda de tener respuestas para lo que nos preguntamos. El replanteo de los dogmas implica siempre la exposición al desamparo, ya que estos dogmas son los que nos protegen de la nada y su horror. Pensándolo desde aquí, la definición de Masa para la teoría de Newton solo es pensable desde la física newtoniana, para esto Newton debió desprenderse de todos los paradigmas existentes en ese momento y tolerar el vacío que permitió el arranque de su nueva concepción y sus nuevos dogmas. Hasta aquí, la creatividad podría ser entendida como un proceso que ocurre en estructuras inconscientes que toleran la convivencia con el cuestionamiento de los valores constitutivos. Estos cuestionamientos pueden funcionar como desestructurantes, o a lo menos amenazantes, en un proceso en el que la angustia, la ansiedad y los núcleos confusionales no quedarían fuera. El cierre de este devenir crítico se produciría con el hallazgo del nuevo objeto, en el caso de que este fuera encontrado. En esta línea, el proceso creativo implicaría un trayecto, por momentos, necesariamente desestructurante, aunque sin las garantías del hallazgo que corone este esfuerzo, y bajo la amenaza de una instalación en este estado de desequilibrio producido por la búsqueda. EDITORIAL SCIENS // 21
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