J. G. Alonso - E. K. Blanc - M. J. Mazzoglio y Nabar - V. M. Sierra // Salud Mental Correccional Capítulo 6 Trastornos de la personalidad y psicopatía Martin Mazzoglio y Nabar - Vanesa Mariana Sierra Introducción Los trastornos de la personalidad son cuadros psicopatológicos con alta prevalencia en población con PPPL. La mayoría de este colectivo de personas presentan cuadros psicopatológicos comórbidos muy heterogéneos, junto con antecedentes orgánicos de relevancia (nutricionales, de neurodesarrollo), que dificultan significativamente la construcción diagnóstica de estos cuadros. Además de las dificultades semiológicas, que muchas veces se relacionan con características de temporalidad sobre la cual se puedan observar y estudiar los rasgos del trastorno, la propia patología conlleva inconvenientes y problemáticas en cuanto a su correcto diagnóstico. No obstante, poder instaurarlo proveerá a los profesionales de distintas áreas de tratamiento (sanidad, trabajo social, educación, trabajo y personal de seguridad) de datos que constituirán uno de los factores para evaluar la prognosis de la conducta criminal. Desarrollo Definición y características de la enfermedad La palabra personalidad deriva del griego persona y hacía alusión a las máscaras que utilizaban en los teatros los actores y les conferían otros recursos o rasgos. Si bien existen muchas definiciones, se refiere a las todas características emocionales y conductuales que en condiciones normales definen a una persona en cuanto a su modo de actuar, de ser, de pensar, de relacionarse, de afrontamiento y adaptación a situaciones, de disfrutar y también de sufrir; características que permanecen con cierta consistencia y estabilidad a lo largo del tiempo y de las situaciones. Los trastornos de la personalidad (TP) son variaciones situadas fuera de lo “normal” y tienen la especificidad de ser desadaptativos, con síntomas aloplásticos, rasgos arraigados y alterados que son egosintónicos, inflexibles, estables o de forma crónico-recurrente y conllevan sufrimiento tanto para el individuo como para su entorno causando una repercusión negativa con deterioro funcional y malestar significativos. Tienen amplia comorbilidad con otros trastornos psiquiátricos y dado su nula o muy baja conciencia de enfermedad consultan por las comorbilidades mientras niegan sus problemas. Históricamente, las primeras descripciones de los TP se remontan al siglo 3 A.C. por parte de Teofrasto. Siglos después, autores clásicos como Pinel, Prichard, Koch, Kraepelin y Bleuler brindaron importantes aportes, llegando en el siglo XX las innovaciones y modelos teóricos de Kernberg o Millon. 56
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