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Urgencias 3 - Psicosis endógenas agudas

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Urgencias en Psiquiatría: Psicosis endógenas agudas

E Cortese // Trastorno

E Cortese // Trastorno bipolar y trastornos relacionados (DSM V) no fue desdeñado, ubicándose en el origen de la psicosis única de Griesinger, si bien entremezclado con las psicosis no afectivas, y llegando a conformar una entidad propia, la ciclotimia, pergeñada por Kahlbaum. No era de extrañar que en este ámbito emergiera la concepción de la psicosis maníaca depresiva de Kraepelin, categoría esencial desde donde se desprende el conocimiento moderno acerca de la bipolaridad. Antes de empezar por Kraepelin, es menester una digresión para poder interpretar su pensamiento. El profesor Krafft Ebing, de Viena, en sincronía con la noción etiológica de degeneración, tomada de Morel, organiza una clasificación sindrómica-etiológica, sin considerar el criterio evolutivo más que secundariamente. Su perspectiva divide las psicosis funcionales en las psiconeurosis, donde incluye la psicosis única de Griesinger, y otro grupo heterogéneo bajo la egida de la noción de degeneración, conocido como las degeneraciones psíquicas 1 (5, 6). Como la evolución cíclica era considerada un estigma de degeneración, cuando las psiconeurosis agudas adoptaban dicha evolución, se repetían dentro de la categoría de las locuras circulares pertenecientes a las degeneraciones psíquicas. Por otro lado, en este mismo grupo se ubicaban las locuras constitucionales, involucrando a la constitución hipertímica y distímica (5). Las primeras ediciones del Lehrbuch de Kraepelin se inspiraron en la concepción de Krafft Ebing. En su 4º edición aglutinó los desórdenes afectivos bajo el rótulo de locuras periódicas, y en la 5º acuñó el término psicosis maníaco depresiva, incluyendo la melancolía, la manía simple, la locura intermitente, y la locura circular (oscilación de episodios maníacos y depresivos), antes separadas. Fue en su 8º edición donde esgrimió la definición más conocida de la psicosis maníaco depresiva, en donde explicitó la extensión de los cuadros contenidos en su seno y justificó las razones por las cuales los incorporó (5, 6). De esta forma se establece la definición canónica de la psicosis maníaco-depresiva. Esta agrupaba a la melancolía y manía simple, a las cuales Kraepelin consideraba como tipos que tarde o temprano devenían formas intermitentes, la forma circular bipolar, cuadros que anteriormente pertenecían 1. Las psicosis funcionales se dividían en dos grupos. El 1º grupo de las psiconeurosis trasluce el modelo de psicosis única de Griesinger, con formas agudas y reversibles y las formas crónicas e irreversibles, o estados de debilitamiento; allí conviven cuadros heterogéneos, por un lado los cambios anímicos, como la manía aguda y la melancolía aguda, y por el otro, estados confusionales excitados alucinatorios o Wahnsinn y los cuadros estuporosos catatónicos etiquetados como demencia aguda o estupidez. También entran en la misma bolsa un vasto número de condiciones que tienen por destino la desintegración de la organización yoica, los estados de debilitamiento secundario demencial y la denominada paranoia secundaria. En el 2º grupo de las degeneraciones psíquicas se incluyen los cuadros reunidos por Morel. La alienación constitucional emotiva incluye a los hipomaníacos y los temperamentos depresivos, que para otros autores devendrán caracteropatías. La locura obsesivante implicaba formas graves de neurosis obsesivas. La paranoia entendida como caracteropatía, también se hallaba dentro de este vasto grupo. Además aglutinaba a las alienaciones de las neurosis constitucionales, sean estas la hipocondría, la epilepsia o la histeria, como por ejemplo la locura histérica. Por último, las formas agudas de las psiconeurosis, la manía, la melancolía, el wahnsinn y la demencia aguda, que presentaban el carácter de evolucionar episódicamente, eran conjuntadas en la rúbrica de las locuras periódicas, puesto que dicha evolución era considerada un estigma elocuente de degeneración. EDITORIAL SCIENS 39

NMC Derito // Urgencias en psiquiatría. Psicosis endógenas agudas a la amentia y que incluían al wahnsinn y la estupidez circular 2 , y por último, los denominados estados fundamentales o temperamentos, correspondientes a oscilaciones subsindrómicas del ánimo, y del biotono de la actividad general y del pensamiento (7). Fundamenta la unidad conceptual de esta entidad al entender que estas subformas presentan una evolución idéntica, fásica y sin desenlace defectual. Por otro lado, desde el punto de vista clínico son las mismas áreas funcionales las afectadas en los distintos episodios, lo que aboga por la postura integrista, así como también la sucesión de polaridades antípodas sin solución de contigüidad y los rasgos clínicos del polo opuesto en el seno de un episodio (8). Asimismo, apoya esta moción el hecho de la mayor asiduidad de los cuadros afectivos y los estados temperamentales fundamentales en los familiares de los pacientes afectados a comparación de la población general. En referencia a estos últimos, se los concibe como formas atenuadas y permanentes de los episodios afectivos, siendo expresión del mismo desorden temperamental que conforma el núcleo etiopatogénico de la psicosis maníaca depresiva, refrendado lo anterior por estadísticas que mostraban una prevalencia del 40% en los periodos intercríticos de los pacientes maníaco depresivos (7). No solo esta entidad, la psicosis maníaco-depresiva, se estructura a partir de criterios clínicos y evolutivos, apoyados en una teoría etiopatogénica que dilucida las determinaciones subyacentes. También Kraepelin echa mano a las nociones psicopatológicas de las cuales se empapó como alumno de Wundt. Apoyándose en estas últimas, soslayó obstáculos que le imponía la clínica y obturó inconsistencias, permitiendo concebir como formas mixtas muchos cuadros disimiles del prototipo maníaco o melancólico, en especial algunas formas de amentia estuporosa, conocidas como estupidez previamente, y amentia excitada, conocidas como wahnsinn 3 (5, 6). Es que los cuadros mixtos se generaban cuando las tres funciones de la vida anímica, intelectual, volitiva y afectiva, se desagregaban y comenzaban a ciclar a frecuencias disimiles, produciéndose un desfasaje en donde por ejemplo, el ánimo podía estar depresivo, y el intelecto acelerado, sumado a una hiperactividad, constituyendo la forma mixta conocida como melancolía agitada. Así, Kraepelin dibuja el horizonte desde donde parten los debates actuales al respecto, donde dos categorías diagnósticas, la demencia precoz y la psicosis maníacodepresiva organizan el terreno de las psicosis endógenas, adoptando una visión dimensional de las patologías afectivas agrupadas en esta última, aunque defendida como una unidad categorial distinguible de la demencia precoz. La era poskraepeliniana, en referencia a la patologías afectivas, se distinguió por una labor de desagregación de la unidad representada por la psicosis maníaco- 2. Estos son conceptuados por Kraepelin como subtipos psicóticos o con síntomas catatónicos de los episodios maníacos y melancólicos, o cuadros mixtos. 3. Las descripciones de la manía confusa y el estupor maníaco, subtipos de la manía, algunas formas mixtas, así como también el estupor depresivo, anteriormente se hallaban incardinados en la noción de amentia. 40

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