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Urgencias 4 - Episodios agudos en psicosis crónicas

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Urgencias en psiquiatría: Episodios agudos en psicosis crónicas

NMC Derito //

NMC Derito // Urgencias en psiquiatría. Episodios agudos en psicosis crónicas demás; no soportan contradicciones ni críticas. El elevado sentimiento de su propia persona y su vehemente y constante lucha frente al medio que les resulta hostil, ha llevado a múltiples autores clásicos a pensar que estos individuos corresponderían a ciertas variedades de temperamento hipertímico o aun hipomaníaco (10). Desarrollo paranoico - Paranoia Si a estas personalidades paranoides se les incrementan las circunstancias desfavorables y una desconfianza morbosa hacia el ambiente aparece unida a una confianza patológica exagerada en las propias facultades, aparecerán ciertas ideas sobrevaloradas que podrán ser germen de algún delirio. A partir de una primera idea paranoica aislada se edificará un verdadero sistema delirante, que podrá ampliarse considerablemente, constituyéndose en un delirio sistematizado (systematisierter Wahn), en el que las ideas morbosas se agrupan alrededor de una idea supervalente. Generalmente, existe un suceso que gatilla la evolución del delirio (vivencia superafectiva de Wernicke) (6, 20, 21, 22). Afirma Bleuler que la paranoia sería la respuesta patológica de un psicópata frente a determinadas circunstancias desfavorables. La paranoia nace del desarrollo desfavorable de una disposición paranoide. Si la disposición paranoide era la sensitiva, se gestará un paranoico sensitivo; un individuo que no buscará la querella, pero que quedará interiormente sumergido en un delirio cada vez más profundo. Dice Bumke que estos individuos suelen curarse antes de consultar a un médico. Por otro lado, admite la existencia de formas abortivas y plantea como posible, aunque rara, la culminación desfavorable en la forma de un delirio cuyo afecto se entibia y decolora paulatinamente. Finalmente, acepta el curso recidivante que puede adoptar el delirio sensitivo, el cual se encuentra íntimamente relacionado con las oscilaciones afectivas endógenas que se producen en el individuo a lo largo de su vida (2). Si, en cambio, se despliega una disposición combativa o agresivo-paranoide, el individuo embestirá contra el ambiente. Hablaremos, pues, de un paranoico combativo. Cuando la constitución de dicho individuo posee una fuerte impronta hipertímica o hipomaníaca, este podrá desarrollar un delirio de los querellantes, litigantes o pleitistas (13, 20). Ahora bien, queda claro que el binomio desconfianza - arrogancia (Misstrauen- Arroganz), ha sufrido una profunda transformación: las ideas sobrevaloradas (die überwertigen Ideen) han jugado en esto un papel fundamental. A lo que antes denominábamos desconfianza, llamamos ahora delirio persecutorio. Y lo que antes se manifestaba como arrogancia, ahora se despliega bajo la forma de un delirio de grandeza (Grössenwahn). Ambos delirios han quedado, entonces, enlazados en la paranoia (5). Podemos ver el retrato clínico del paranoico en el caso Wagner. En él, Gaupp realza la importancia de la significación personal mórbida (krankhafte Eigenbeziehung) como síntoma primario de esta entidad. Para Kretschmer, Wagner había desarrollado un delirio sensitivo-paranoide a lo largo de los años. Sin embargo, luego aclara, para explicar los horrendos crímenes perpetrados por el maestro de escuela, que en el pecho de Wagner habían coexistido dos almas: la del sensitivo y la del combativo. Afirma: “La afección psíquica de Wagner representa clínicamente un delirio sensitivo-paranoide, que por exceso de tensión afectiva termina, finalmente, en una psicosis combativa” (11). 14

F Rebok // La parafrenia afectiva y sus crisis catatímicas Parafrenia Tal como afirma Leonhard, la «paranoia vera» es un delirio sistematizado, que puede devenir como evolución desfavorable de una psicopatía paranoide. Sin embargo, existen casos en que la producción de tal enfermedad es autónoma. En tales casos, se advierte una ruptura en la unidad histórico-significativa del individuo, un cambio biológico progresivo y completo operado en la íntima estructura de la personalidad, que se ve así paulatinamente transformada en algo enteramente nuevo y, por demás, extraño a su modo de ser anterior. Es la irrupción del proceso, del que surgen ideas delirantes primarias, morbosas e irreductibles, que se edifican bajo la forma de un cuadro delirante crónico (13). Kolle ha derribado la concepción kraepeliniana de la paranoia, borrando sus límites con la esquizofrenia, al corroborar, a través de estudios catamnésicos, que la mayor parte de los paranoicos estudiados por Kraepelin, eran en realidad, parafrénicos (3). La parafrenia se compone de un delirio crónico inverosímil pero coherente, casi siempre con alucinaciones e ideas delirantes polimorfas, que evoluciona lentamente, con relativa conservación de la personalidad (8, 12, 15). Los parafrénicos son, por lo general, individuos de constitución pícnica y temperamento hipomaníaco, hecho que llevó a Specht a pensar estos cuadros como trastornos afectivos en el sentido de la psicosis maníaco-depresiva, estableciendo cierta relación con la manía crónica (3, 12). El paradigma de las parafrenias: la parafrenia afectiva (Affektvolle Paraphrenie) La parafrenia afectiva fue singularizada por Leonhard como una forma especial de esquizofrenia asistemática. Muchos de estos casos corresponden a las paranoias y parafrenias sistemáticas de Kraepelin o a las psicosis paranoides con ideas delirantes sistematizadas de los autores franceses (1). Se trata de una afección que manifiesta especial predilección por el sexo femenino. Tiene una marcada tendencia a comenzar más tardíamente que el resto de las esquizofrenias, presentándose no antes de los 25 años de edad, y generalmente entre los 30 y los 40. Esta demora en el florecimiento de la enfermedad se debería a la presencia, en estos pacientes, de personalidades de constitución pícnico-timopática más acentuada que en otros tipos de esquizofrenia, lo cual los haría apreciablemente más resistentes (10, 13). La parafrenia afectiva se caracteriza por la presencia de una psicosis de autorreferencia megalómana, irritable y hostil. Como resulta lógico de todo lo que hemos expuesto hasta ahora, las evidencias clínicas de esta parafrenia se derivan de la exageración patológica de la díada desconfianza-arrogancia que mencionáramos al hablar de los psicópatas paranoides. Así tendremos, por un lado, la conformación de un delirio de persecución (Verfolgungswahn), derivado de la amplificada e irreductible desconfianza del enfermo; y por otro, la irrupción de ideas de grandeza (Grössenideen), nacidas de una arrogancia hipertrofiada en un Yo sobrevalorado. Se entiende al delirio de grandeza como contrapartida de las ideas de persecución y perjuicio: el enfermo supone ser un personaje significativo, pues solo de esta manera logra una explicación (mórbida, claro está), de su persecución (10, 13). Además de las falsificaciones de los recuerdos (Erinnerungsfälschungen) ya descriptas por Wernicke y Kraepelin, suelen existir alucinaciones polimorfas en todos los campos sensoriales, aunque para EDITORIAL SCIENS 15

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